Sí se puede vencer al cáncer
Tuxtla.- Todo comenzó con una bolita en el pecho. Dicen que cada vez hay casos a más temprana edad, pero doña Lucinda, a sus 65 años, no esperaba estar tan alejada de esta estadística.
Después de sentir esta bolita y contárselo a sus hijos, fueron al doctor y recibieron la noticia que sacudió su mundo: tenía cáncer de mama. "Yo me sentí morirme, porque si decimos cáncer pues dice uno ya me morí, y no…"
Pues no. Doña Lucinda no se murió, hoy a sus 69 años, está a punto de ser dada de alta, pero la lucha no ha sido nada fácil… cinco años después de una cirugía, constante tratamiento y muchas visitas al médico, ella es sobreviviente y luchadora del cáncer de mama.
El cáncer no discrimina edades
Lucinda Saldaña es originaria de Villaflores, y tras recibir su diagnóstico, sus hijos se movilizaron y conocieron a Gabriela Pérez Grajales, representante en Chiapas de la Fundación del Cáncer de Mama (Fucam), quien agilizó todo para sacarle rápido una cita en México, donde la atendieron sin costo alguno.
“No me han cobrado ni los estudios ni las citas, todos me han atendido muy bien, doña Gaby, los doctores, todos te atienden muy bien, yo le diría a las demás mujeres que no se dejen vencer, que no se queden en Villaflores ni en Tuxtla, que vayan a México, a Fucam”, señaló.
"No tenía yo dolor, sino que se me iba creciendo, y me dijeron los doctores allá que si no hubiera yo dicho nada se me hubiera crecido la bola, se me hubiera avanzado ahí sí el cáncer".
A doña Lucinda la operaron el 28 de febrero hace cuatro años, y ya después le dieron de alta, pero manteniendo estrecha vigilancia. “Me dieron los resultados que yo ya estaba bien, que yo ya no tenía cáncer, y me sentí feliz", y sus hijos también.
La cirugía representó que le quitaran el seno, pero esto no le importó con tal de que conservara la vida y la salud. Le prescribieron quimioterapia tomada con pastillas y revisiones cada seis meses, para asegurarse de que el cáncer no vuelva, en febrero hará cinco años de esta batalla.
"Estos casos, estas enfermedades no hay que dejarlo pasar, porque si lo deja uno pasar la enfermedad va avanzando", nos cuenta, radiante y segura de la decisión que tomó al tratarse y completar el tratamiento, de seguir con sus revisiones cada seis meses y esperar que todo siga bien, como hasta ahora.
Primera causa de muerte
En México, según cifras de la UNAM, diariamente mueren 10 mujeres a causa del cáncer de mama, una tasa de mortalidad que va en contra de la tendencia mundial de reducción, y esto se debe a la falta de diagnóstico oportuno y al retraso en el inicio del tratamiento.
Este aumento se debe, entre otras causas, a que esta enfermedad se presenta en una edad más temprana en mujeres mexicanas; se tiene una población que presenta cáncer de mama antes de los 50 años, cuando a nivel mundial el promedio es a los 60 años.
Además, la obesidad y el sobrepeso aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad a edades más tempranas, y dado que en México el 70 por ciento de las pacientes tiene obesidad o sobrepeso, en estas pacientes los tumores crecen de una manera más rápida de lo normal.
En México, padecer obesidad y cáncer de mama conlleva a una resistencia de los fármacos y eso implicaría hacer ciertos ajustes en la dosificación de los tratamientos, además de que el tardío diagnóstico de la enfermedad limita enormemente el número de tratamientos que la medicina puede ofrecer a los pacientes.
Si bien es recomendable la autoexploración, no hay nada que sustituya a una mamografía, herramienta fundamental para el diagnóstico temprano, aunque lamentablemente un buen número de mujeres no se hacen este estudio.
Mientras en Estados Unidos el 80 por ciento de las mujeres son diagnosticadas en el estado uno del tumor, en México, ese mismo porcentaje es diagnosticado en estado tres y cuatro, es decir, cuando la enfermedad ya es avanzada y los tratamientos disponibles son limitados.
Cabe destacar la importancia de la prevención, para lo cual es recomendable mantener un estilo de vida saludable, incrementar la actividad física y eliminar el consumo de tabaco y alcohol, así como hacerse los chequeos preventivos cada año.