Contaminación mata al año 7 millones de personas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha avisado, con motivo de la celebración de la primera Conferencia Mundial sobre Contaminación del Aire y Salud, que estos días se celebra en Ginebra (Suiza), de que el 90 por ciento de la población respira aire contaminado y que, por esta causa, cada año mueren 7 millones de personas, ya que tiene un efecto “equivalente” al de fumar tabaco y “mucho más alto” que el de tomar mucha sal.
“De la contaminación del aire es difícil escapar, porque no importa qué rica sea el área en la que se viva, ya que está a nuestro alrededor. Los contaminantes microscópicos en el aire pueden deslizarse más allá de las defensas de nuestro cuerpo, penetrando profundamente en nuestro sistema respiratorio y circulatorio y dañando nuestros pulmones, corazón y cerebro”, ha alertado la OMS.
Por este motivo, el organismo de Naciones Unidas está realizando diferentes trabajos sobre la contaminación del aire, que va a presentar en la conferencia, como, por ejemplo, la Plataforma Global sobre Calidad del Aire y Salud, la cual está trabajando en técnicas para detectar con mayor precisión la contaminación del aire proveniente de diferentes fuentes de contaminación. Además, está trabajando para mejorar las estimaciones de la calidad del aire mediante la combinación de datos de varias redes de monitoreo de la calidad del aire, el modelado atmosférico y la detección remota por satélite.
Hay dos tipos principales de contaminación del aire: la contaminación del aire ambiente y la contaminación del aire en los hogares, la cual se refiere a la contaminación generada por la combustión de combustibles en los hogares (como carbón, madera o queroseno) poco ventilados.
En este sentido, según datos de la OMS, la contaminación del aire en las casas mata a cuatro millones de personas al año y tiende a afectar a los países de África y Asia donde se utilizan combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar, calentar e iluminar. La población más afectada son las mujeres y los niños porque suelen pasar más tiempo en interiores.
Concretamente, los principales contaminantes son las partículas, una mezcla de gotitas sólidas y líquidas que surgen principalmente de la combustión de combustible y el tráfico rodado; el dióxido de nitrógeno, del tráfico o de las cocinas de gas en interiores; el dióxido de azufre por la quema de combustibles fósiles; y el ozono a nivel del suelo, causado por la reacción de la luz solar con contaminantes de las emisiones de los vehículos.
Y es que, mientras que las partículas con un diámetro de 10 micrones o menos pueden penetrar y alojarse profundamente dentro de los pulmones, las partículas aún más dañinas para la salud son aquellas con un diámetro de unos 2,5 micrones, partículas son tan pequeñas que se necesitarían 60 para alcanzar el ancho de un pelo. Todas ellas pueden aumentar el riesgo de patologías cardiacas, respiratorias o cáncer de pulmón.
Para alentar a las ciudades a reducir la contaminación del aire, incluso si no pueden alcanzar los niveles de seguridad ideales, la OMS ha establecido tres objetivos provisionales para las ciudades. Estos son: 15 microgramos por metro cúbico (objetivo intermedio 3); 25 microgramos por metro cúbico (objetivo intermedio 2); y 35 microgramos por metro cúbico (objetivo intermedio 1). Muchas ciudades ahora están superando el nivel muy alto del objetivo intermedio 1.
570.000 menores de 5 años mueren cada año por culpa de la contaminación
Por otra parte, la OMS ha alertado de que cada año, más de 570.000 niños menores de 5 años mueren a causa de enfermedades respiratorias relacionadas con la contaminación del aire.
“La contaminación del aire también está vinculada a los cánceres infantiles. Las mujeres embarazadas están expuestas a la contaminación del aire, puede afectar el crecimiento del cerebro fetal. La contaminación del aire también está relacionada con el deterioro cognitivo en niños y adultos”, ha explicado la OMS.
Además de afectar la salud, los contaminantes en el aire también están causando daños ambientales a largo plazo al impulsar el cambio climático, que en sí constituye una gran amenaza para la salud y el bienestar.
Por todo ello, la OMS y sus socios, como ONU Medio Ambiente, están apoyando a los países de diferentes formas. Por ejemplo, la OMS está desarrollando un conjunto de herramientas (el Conjunto de herramientas de soluciones de energía doméstica limpia, CHEST) para ayudar a implementar las recomendaciones sobre la combustión de combustible en los hogares y para desarrollar políticas para expandir el uso de energía doméstica limpia.
Asimismo, BreatheLife, una campaña mundial para el aire limpio, encabezada por la OMS, la Coalición del Clima y el Aire Limpio y el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, está movilizando a las comunidades para reducir el impacto de la contaminación del aire en ciudades, regiones y países, que actualmente llega a alrededor de 97 millones de personas.
Finalmente, en la conferencia se van a presentar actividades y resultados de un trabajo en curso sobre la Iniciativa de Salud Urbana de la OMS centrada en apoyar a las ciudades con los datos, herramientas y capacidad para seleccionar, implementar y rastrear políticas “limpias y saludables” a nivel de la ciudad.