Violentas protestas en París dejan más de 300 detenidos
París. El fiscal de París, Rémy Heitz, apuntó que 378 personas permanecen detenidas bajo custodia policial tras los violentos disturbios que se registraron el sábado durante la manifestación de “chalecos amarillos“, un número extraordinario que ha obligado a repartirlos en comisarías de toda la región parisina.
“Entre los detenidos hay una cierta variedad de perfiles pero tenemos muchos hombres mayores, de entre 30 y 40 años llegados de provincias para participar en actos de violencia, aunque se reivindican del movimiento de los ‘chalecos amarillos'”, indicó Heitz en rueda de prensa.
Entre los detenidos hay también 33 menores y otros perfiles de “jóvenes de la región parisina, más bien motivados por la delincuencia”.
Según Heitz, la masa de detenidos les ha obligado a dispersarlos por comisarías de París y de la periferia y, “ante esta situación excepcional”, han triplicado el número de magistrados para tratar los casos.
Los detenidos comparecerán ante la justicia en procedimientos urgentes a partir de mañana lunes en su mayoría por violencia contra la autoridad pública, degradación de la vía pública, reagrupación con objetivos violentos o por llevar armas como cuchillos y proyectiles, entre otros delitos.
El fiscal señaló que estas infracciones están penadas con prisión de 3 a 7 años aunque las sentencias se aplicarán de forma individualizada, caso por caso.
Un integrante de los llamados chalecos amarillosresultó gravemente herido, después de que un grupo de manifestantes intentó derribar una de las vallas del centro de París.
Desde Argentina, el presidente Macron condenó los hechos.
"Ninguna causa justifica que las fuerzas del orden sean atacadas, que comercios sean saqueados, que se amenace a transeúntes o a periodistas, que se ensucie el Arco del Triunfo”, dijo durante su visita a la cumbre del G20.
Además de París, miles de manifestantes salieron a las calles en otras ciudades de Francia para protestar el alza de los impuestos que gravan los carburantes.
La crisis es la mayor del gobierno del presidente francés Emmanuel Macron, desde que inició su mandato hace año y medio, y por el momento no tiene salida porque las negociaciones iniciadas esta semana entre el gobierno y representantes de los manifestantes fueron suspendidas.