Denuncian “fallas pertubadoras” en caso de muerte de niña guatemalteca
Lordsburg. Una delegación de representantes federales estadunidenses, miembros del Caucus Hispano del Congreso (CHC), señaló hoy "fallas sistemáticas perturbadoras" en el caso de una niña guatemalteca que murió bajo custodia de la Patrulla Fronteriza.
El equipo apuntó que encontró "fallas sistemáticas perturbadoras" en las instalaciones y procedimientos de la Patrulla Fronteriza, que habrían contribuido a la muerte de la menor guatemalteca Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin, detenida junto con su padre tras ingresar sin documentos a Estados unidos.
La delegación, integrada por una docena de congresistas y encabezada por el representante demócrata Joaquín Castro, presidente electo del CHC, visitó este martes las estaciones de la Patrulla Fronteriza en Antelope Wells y Lordsburg, en el suroeste de Nuevo México, donde se registró el deceso el 7 de diciembre.
La niña guatemalteca murió presuntamente de deshidratación y conmoción, bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza. Su muerte fue revelada la noche del pasado jueves por el periódico The Washington Post.
"Aprendimos hoy que hubo algunas fallas sistemáticos muy perturbadores en la forma en que se manejó la condición de la niña", dijo Castro en rueda de prensa frente a la estación de la Patrulla Fronteriza en Lordsburg.
Las fallas, precisó, “empezaron cuando la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) violó la ley y no notificó al Congreso dentro del plazo de 24 horas de que Jakelin, murió en su custodia”.
El legislador aseguró que el comisionado de la CBP, Kevin McAleenan, quien acompañó a la delegación de congresistas en su recorrido, había admitido la violación de la ley. En la rueda de prensa Castro dijo creer que McAleenan debería renunciar a su cargo.
“Hubo otras fallas preocupantes”, señaló Castro, al apuntar que tras ser detenida junto con su padre y un grupo de más de cien inmigrantes en el área de Antelope Wells, Nuevo México, Jakelin comenzó a presentar síntomas serios de falla corporal en el trayecto de 150 kilómetros a la estación de la Patrulla Fronteriza en Lordsburg.
“Durante el viaje no había nadie a bordo que pudiera ofrecer ayuda médica. No había personal entrenado”, dijo.
“Detectamos series de cosas pequeñas y de cosas grandes, múltiples fallas sistemáticas que no han sido arregladas”, señaló Castro. “No es un asunto de dinero; sino de como se destina ese dinero”, indicó.
Precisó que los representantes federales pudieron observar la falta de agua potable en la estación de la Patrulla Fronteriza en Antelope Wells, donde se les informó que el agua que se consumía estaba almacenada y posiblemente contaminada, poniendo en riesgo la salud de los migrantes y de los propios agentes fronterizos.
Las instalaciones deben cerrarse o hacerse mucho mejor de como están, señaló.