Descubren que los músculos pueden “recordar” el ejercicio realizado en la juventud
El hallazgo sugiere que los músculos construidos en la juventud pueden actuar como un tipo de reserva para ayudar a prevenir la fragilidad en la vejez.
No se pierden, persisten
Los investigadores descubrieron que los núcleos, también llamados “centros de control” celular, que se obtuvieron en tiempos pasados, en realidad permiten que los músculos vuelvan a crecer más rápido y más grandes cuando se vuelven a entrenar, contradiciendo el viejo dicho “úsalo o piérdelo”, que hace referencia a que los músculos que no se mantienen se pierden.
Las células más grandes del cuerpo están ubicadas en los músculos, y todas están fusionadas formando un tipo especial de tejido que se comporta como una sola célula, llamado sincitio.
Los expertos han especulado durante mucho tiempo que la atrofia inducida por inactividad, lesión o parálisis, conduce a la desintegración de los núcleos en el tejido muscular.
Sin embargo, los modernos los avances en tinción específica para el tipo de célula y los marcadores genéticos, han demostrado que los núcleos en descomposición no pertenecían a los músculos, sino que eran células inflamatorias y otras células reclutadas en el músculo atrófico.
En otras palabras, estos núcleos no pierden.
Al respecto, el investigador Lawrence Schwartz, profesor en el Departamento de Biología de la Universidad de Massachusetts y autor del estudio, puntualizó:
“Dos investigaciones independientes, uno en roedores y otro en insectos, han demostrado que los núcleos no se pierden al atrofiar las fibras musculares e incluso permanecen después de que se inicia la muerte muscular”.
Esto significa que es probable que una vez que un núcleo haya sido adquirido por una fibra muscular, pertenezca al músculo sincitio de por vida.
Una inversión a futuro
El investigador señala que esto tiene mucho sentido evolutivo: los músculos se desgarran durante el ejercicio extremo y tienen que soportar los cambios en la disponibilidad de nutrientes y la variación de la actividad. Renunciar a los núcleos cada vez que ocurre un cambio desafortunado no sería muy productivo.
En referencia a cómo este hallazgo afecta al público en general, el autor del estudio explica que cuando una persona es joven y puede hacer ejercicio fácilmente, tiene un buen grupo de células madre que pueden ayudar a que el músculo crezca y adquirir núcleos adicionales.
Esto significa que incluso si pierde masa muscular, cuando retoma el ejercicio, puede aumentar sus músculos mucho más rápidamente, un fenómeno conocido como memoria muscular.
Si una persona ha almacenado estos núcleos en su juventud, puede recurrir a ellos cuando sea mucho mayor, una conclusión que resalta lo importante que es hacer ejercicio cuando se es joven y capaz, ya que representa una inversión para la salud futura.