Pequeños migrantes solitarios buscan llegar a destinos seguros
México.- Trastornos de ansiedad y depresión infantil, miedo al abandono, a extraviarse o estar perdido, son algunos de los síntomas que manifiestan algunos niños migrantes; incluso algunos de ellos presentan disociaciones de la realidad, que es una manera de protegerse ante la incertidumbre en la que viven semanas e incluso meses, explicó la directora de Comunicación de Unicef a nivel mundial, Paloma Escudero.
En entrevista con Notimex, Escudero resaltó los esfuerzos de México para garantizar una migración segura y ordenada, “pero a este esfuerzo hay que dedicarle recursos y sobre todo hay que poner los intereses del menor como altísima prioridad y poner los derechos de estos niños migrantes muy alto en la respuesta que se dé a esta situación migratoria”.
A su vez, explicó que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia busca asegurar la atención a las 12 mil personas que han cruzado de Guatemala a México, con la prioridad de garantizar el bienestar de los menores de edad, que hasta el momento suman dos mil 700 menores, en específico, para los menores no acompañados, quienes deben estar en centros de acogida y no de detención.
Lo anterior, aunado a asegurar que su paso por México sea ordenado y seguro; a su vez, añadió que si bien el número exacto de infantes que viajan no acompañados es variable, se trata de docenas de niños y tan solo la semana pasada se contabilizó a unos 35 que pasaron a centros alternativos de cuidado y como ellos hay muchos casos al día.
Explicó que es importante garantizar que los menores no acompañados estén protegidos por la Ley y puedan tener acceso a visas humanitarias, además al derecho a la protección en centros de acogida en donde se revise caso por caso y les pueden ayudar a buscar otras opciones.
Abundó que muchos de los niños que viajan no acompañados huyen de la violencia que viven en sus países y sus familias ahorran justo para mandarlos a vivir un futuro mejor, para que escapen de la violencia y de la pobreza, “muchas veces con la esperanza de que puedan llegar a algún país, o puedan unificarse con algún familiar o en naciones donde puedan trabajar de forma segura y enviar dinero a casa”.
Así, dijo, lo que quiere la mayor parte de los infantes que viajan solos es llegar a un punto en el que puedan trabajar y contribuir con sus familias de origen; o bien, reunirse con familiares que emprendieron el viaje antes que ellos.
“La mayor parte de estos niños han sido apoyados por sus familias para emprender el viaje, para sacarlos de los peligros de los que huyen en sus lugares de origen, muchos de ellos mencionan tener un familiar o conocido cercano en algún punto de encuentro en su camino”.
Escudero abundó que es necesario que estos menores cuenten con apoyo psicológico, e incluso a muchos de ellos también hay que protegerlos de riesgos de tráfico, violencia y trata debido a que varios son adolescentes muy jóvenes.
Existe una mayor proporción de niños que viajan solos, aunque también hay una buena parte de niñas, quienes han corrido grandes peligros en el camino y con las cuales hay que tener un cuidado muy especial; así, puntualizó en que es de vital importancia que puedan ser acogidas en centros especializados y se les pueda proteger de riesgos de abuso o violencia.