Cancer infantil; detección a tiempo pronostico favorable
Tuxtla.- Cada año se presentan alrededor de 5 mil a 6 mil casos de cáncer en la población infantil y juvenil de México, de los cuales, el 52 por ciento son leucemias 3, de acuerdo con el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia.
Por desgracia, el 65% de los casos son diagnosticados en etapas avanzadas de la enfermedad y los cánceres pueden tener un pronóstico más favorable con una sobrevida más alentadora cuando los diagnósticos son realizados en etapas tempranas, para brindar el tratamiento necesario de manera eficaz y eficiente.
En el marco del Día Internacional del Cáncer Infantil, que se conmemora el 15 de febrero, Pedro Arturo Zárate Rodríguez, médico hematólogo, señaló que “los síntomas más característicos de las leucemias en pacientes pediátricos son dolor de cabeza, fiebre, pérdida de apetito y peso, anemia, sangrados y moretones espontáneos, dolor óseo y cambios en la conducta habitual”.
Existen diversos tipos de leucemias, pero son las linfoblásticas agudas (LLA) las que se presentan con más frecuencia en los niños que tienen entre dos y nueve años; la leucemia mieloide aguda (LMA) es menos frecuente y se presenta entre los 4 y 12 años e impacta incluso hasta la adolescencia.
En ese sentido, explicó que una de las pruebas de detección que más favorecen el diagnóstico oportuno es la citometría de flujo, “técnica empleada por los hematólogos que permite realizar un diagnóstico más preciso de las células que podrían estar enfermas, porque permite la medición de múltiples parámetros celulares para identificarlas mejor: tamaño, forma, complejidad, y expresión de las proteínas de sus paredes”.
Esta tecnología otorga la ventaja de confirmar y clasificar las leucemias de acuerdo a las características de las células. El diagnóstico por la morfología y la confirmación y clasificación de las células por la citometría permiten pronosticar de manera más certera el curso del padecimiento, el tipo de tratamiento necesario para el mismo y evaluar el grado de respuesta que cada paciente va logrando, midiendo las células leucémicas residuales hasta, de ser posible, ya no detectarlas.
Con esta técnica, explicó, se hacen pasar las células u otras partículas en suspensión alineadas de una en una por delante de un haz luminoso. “Las señales luminosas detectadas se transforman en impulsos eléctricos que se amplifican y se convierten en señales digitales que son procesadas por una computadora”.
Para él, afirmó, es importante que cada persona que pudiera padecer leucemia u otro tipo de cáncer en México debería tener acceso a una citometría de flujo, “ya que permite llevar a cabo una evaluación y seguimiento constante de leucemias agudas, leucemias linfocíticas crónicas y otras enfermedades hematológicas; y la determinación de fenotipos propios de la población leucémica”.