Gelatinas artesanales, de terapia a sustento
Muchas personas se dedican a hacer postres, pero no todas toman en cuenta a las gelatinas, por lo que Zuri Zárate decidió voltear la mirada a este postre, y desde hace tres años lo domina bastante bien.
Su especialidad son las gelatinas temáticas, de diversas formas, diseños, con imágenes comestibles, pequeñas, grandes, su sello son las Chiapanecas y Parachicos, así como las Gelapaletas o las Gelacanastas, todas fruto de su ingenio, y mucha paciencia.
"Yo sufrí de una enfermedad, lo que hizo que ya no pudiera trabajar, y como de por sí me gustaban los postres y todo, me metí a cursos en línea, físicos, vi que la mayoría hace pastel y galletas y nadie voltea a ver lo que es la gelatina", nos cuenta.
Fue así como empezó a vender con sus vecinos y a ganar popularidad, por lo que hizo su página hace un año con una amiga, y vio que sí atrajo muchos clientes, a quienes les ofrece gelatinas de tres leches con queso crema, combinadas con fresas, malvaviscos, galletas, frutas, rompope, yogurt, incluso tiene una línea especial para diabéticos, bajas en azúcares y con frutas especiales, con leche baja en grasas.
Maneja temáticas para fiestas de niños, bautizos, baby shower, despedida de soltera, cumpleaños y lo que le pidan, inició como una terapia ocupacional para que la enfermedad no avanzara y ahora que se enfoca a su trabajo, es su propia jefa y le va muy bien.
“También manejo el pay artesanal horneado desde hace dos años, flan napolitano, carlotas, pastel imposible, soy una mujer emprendedora que forma parte del colectivo Las Arrechas, también hemos estado en la Vía Recreativa, Iniciativa Chiapaneca y así nos hemos dado a conocer.
Zuri nos platica que lo más difícil es trabajar la grenetina, pues si no la trabajan bien, puede salir muy dura o no cuajar, lo que dificulta el desmoldar porque se puede cuartear la gelatina o simplemente no sale, se bate, y si queda muy dura, no se puede comer… este trabajo tiene su chiste.
“Además, hay ingredientes que no se pueden trabajar porque no cuajan, frutas como la piña, kiwi, las uvas cortadas, también tengo de Gansito y hay que saber cómo hacer que no flote o que no se bata, porque el queso también se puede cortar”.
Lo más difícil son las combinaciones de colores, esto es difícil porque tiene que esperar a que semi cuaje un color, agregar el otro y no dejarlo pasar de tiempo, sobre todo con las de arcoíris o unicornio, que llevan mucho tiempo y paciencia, una virtud que no cualquiera tiene.
El secreto de su éxito está en utilizar ingredientes de calidad, no sacrificar el precio y conseguirlos a granel, porque en definitiva el resultado no es el mismo, también le gusta hacer las gelatinas encapsuladas, pero se dio cuenta de que no es el fuerte de su negocio.
“Lo más raro que me han pedido son unos senos para una despedida de soltero, de una forma muy explícita, o una vez que me pidieron unas Chiapanecas con Gansito y galleta Oreo dentro, como son muy pequeñas y me pidieron bastantes fue un reto, igual cuando me pidieron el logo de una tienda de ámbar y me costó mucho, pero lo saqué”.
Zuri es ejemplo de emprendimiento y superación, pues no se dejó vencer por la enfermedad o la depresión y encontró algo en lo que es muy buena, que no la presiona ni estresa, y que todos reconocen. “Me encanta, me ayuda mucho, algunos amigos se admiran cuando ven el tiempo en que trabajo ya”, señaló.