Guerrero suma pruebas
- AGENCIAS
- 6 may 2019
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Los nuevos testimonios sobre el caso de dopaje de Paolo Guerrero, estrella de la selección peruana y del Internacional de Porto Alegre, refuerzan la inocencia que siempre mantuvo el futbolista y que, de haberse sabido en su momento, podrían haberle librado de gran parte de la suspensión por 14 meses.
Las revelaciones llegaron este fin de semana en una serie de reportajes periodísticos difundidos casi un mes después de que Guerrero reapareciese en las canchas tras cumplir su sanción por haber dado positivo en 2017 por benzoilecgonina, un metabolito de la coca, que es la materia prima para elaborar cocaína.
Guerrero siempre se mantuvo firme en su inocencia y su argumento para defenderse en los tribunales fue que tomó accidentalmente restos de un mate de coca, infusión muy típica de los países andinos como Perú y Bolivia, donde el consumo de la hoja de coca tiene un arraigo ancestral desde las civilizaciones prehispánicas.
El jugador alegó que esta contaminación involuntaria ocurrió en el hotel donde estaba concentrado con la selección de Perú, en el que supuestamente el personal le sirvió un té con limón en un recipiente que contenía restos de un mate de coca.
Aunque el argumento pareciese agarrado con pinzas, era consistente con las bajas cantidades de benzoilecgonina registradas en el control antidopaje que pasó dos días más tarde tras jugar contra Argentina en Buenos Aires, acompañado de otros exámenes como análisis capilares que demostraban que no había consumido cocaína.
Esta teoría fue aceptada por la FIFA para rebajar su sanción inicial de 12 a 6 meses, pero Guerrero, en su afán por quedar absuelto, recurrió al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que en cambio le aumentó la sanción a 14 meses al considerar que el jugador tuvo parte de responsabilidad al no fijarse si el té estaba bien.
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