En México, 9 de cada 10 mujeres afectadas por lupus son jóvenes
Tuxtla.- El Lupus Eritematoso Sistémico (LES), mejor conocido como lupus, es una enfermedad crónica autoinmune incurable, pero que puede ser controlada, en México, 9 de cada 10 mujeres que padecen lupus tienen entre 17 y 35 años.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay 5 millones de personas con este padecimiento alrededor del mundo, cuyos síntomas más comunes son fatiga extrema, dolores de cabeza, dolor e inflamación en las articulaciones, fiebre, anemia, hinchazón en pie, piernas, manos y alrededor de los ojos, erupciones cutáneas en forma de alas de mariposa sobre las mejillas y la nariz.
Daños en el organismo
El Lupus Eritematoso Sistémico puede afectar cualquier parte del cuerpo debido a que el sistema de defensa ataca a las células y los tejidos sanos, aunque el daño principal se presenta en riñones, piel, médula ósea, sistema nervioso central y periférico, articulaciones, corazón, pulmones, vasos sanguíneos y cerebro.
Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) refieren que las mujeres en edad fértil, entre 17 y 35 años, son más propensas a padecer dicha enfermedad, y en nuestro país se estima que de cada 10 casos registrados 9 son mujeres.Hasta la fecha se desconoce la razón del origen de este padecimiento; no obstante, existen teorías que abalan el componente hereditario y el hormonal al ser más frecuente en mujeres.
El control es posible
Sin embargo, una paciente lúpica sí puede lograr un embarazo, aunque se considera de alto riesgo y deben tenerse muchos cuidados a través de un médico internista o un reumatólogo, además de un adecuado control prenatal con el ginecólogo los riesgos son abortos espontáneos, partos prematuros y malformaciones en el producto.
La importancia de la detección temprana
Los primeros síntomas pueden ser muy variables, pero en la mayoría de casos las manifestaciones predominantes son dolor o inflamación articular, así como eritema/rojeces en mejillas, escote o en otras áreas del cuerpo, combinado o no con alteraciones nucleares y del estado general, como fiebre, fatiga intensa de nueva aparición, entre otras.
En concreto, en el 70-80 por ciento de los casos, la enfermedad debuta con síntomas bastante sutiles, como lesiones cutáneas, fotosensibilidad y dolor articular de tipo inflamatorio en cualquier articulación, aunque generalmente se afectan más las articulaciones de las manos.
En el resto, el debut puede ser más alarmante, con afectaciones graves a nivel de diferentes órganos y sistemas, como el sistema renal, neurológico o cardiopulmonar, por eso la mayoría de pacientes son diagnosticados por reumatólogos, especialidad con mayor conocimiento en cuanto a la evaluación clínica musculo-esquelético y conocemos los signos de alerta y lesiones asociadas típicas de esta enfermedad.
Una vez que la enfermedad ha aparecido, es difícil prevenir manifestaciones porque las diferentes afecciones orgánicas o sistémicas estarán más o menos determinadas por el perfil de la propia enfermedad en cada paciente.