¿Porqué son tan peligrosas, Hepatitis B y C?
Tuxtla.- La hepatitis es una enfermedad causada por ciertos tipos de virus que ataca al hígado, el órgano más grande del cuerpo, que puede ser común para algunos tipos, pero otros, como el B y el C, son los más peligrosos, por ello se dedica el 19 de mayo a hablar específicamente sobre ellos.
El médico Javier Sánchez Avendaño, responsable de emergencias en la Cruz Roja Chiapas, señala que los tipos de hepatitis A y D son los más comunes en niños, se puede decir que las más nobles, en cambio, los tipos B y C ocasionan un daño mayor.
“Para empezar, desde el método de contagio, los tipos A y D se transmiten por lo que conocemos como ano, mano, boca, principalmente por falta de higiene, ingerir alimentos mal preparados, no lavar verduras y legumbres, comienza con un cuadro clínico no específico y se puede confundir con otras patologías, conforme avanza la enfermedad, vemos que es una inflamación del hígado”, señaló.
Por ejemplo, en el caso de los tipos B y C, pueden adquirirse a través de un tatuaje, en este caso las personas que se dedican a hacer este arte pueden tener en algún momento dado la falta de cuidado de utilizar material estéril, en este caso puede haber una hepatitis B o C por una transfusión sanguínea, así como pueden haber otros factores de predisposición de menor intensidad”.
Además, hay otro tipo de hepatitis, conocida como medicamentosa, un tóxico-síndrome ocasionado por el excesivo consumo de medicamentos por tiempo prologando, este órgano metaboliza todas las sustancias que ingerimos, incluidos los fármacos, la causa más común es tomar paracetamol o cualquier otro medicamento de uso prolongado.
También puede ocurrir hepatitis por ingesta de alcohol, estos tipos -conocidos como hepatitis E- pueden ocurrir por causas directas e indirectas, pero de no tratarse de manera oportuna, puede evolucionar hasta volverse lo que se conoce como hígado graso, cirrosis o cáncer hepático.
La hepatitis se queda prácticamente para toda la vida, pues hay memoria en el cuerpo, los tipos A y D, si suceden antes de los 10 años, es raro que haya una reactivación, también puede reactivarse a partir de la salmonella cuando evoluciona, aparte de eso, condiciona a no poder donar sangre.
"Está muy marcada la situación de la norma oficial 253, que es la última actualización, en la cual si tú has tenido hepatitis A o la tuviste menor a 10 años sí puedes donar, pero en este caso la hepatitis B y la hepatitis C forman parte de ese tamizaje serológico que se realiza al donador, para que en algún momento dado esa puede ser una de las enfermedades transmisibles por vía sanguínea, por una transfusión de sangre".
Para evitar todo este tipo de agravantes, es necesario estar atento a los síntomas, lo malo es que al inicio no aparece síntoma alguno, cuando evoluciona, puede haber cansancio extremo, color amarillo en ojos y piel, fiebre y dolor, es por eso que muchas veces se confunde con otras sintomatologías y se detecta ya avanzado.
El tratamiento, por ser el hígado un hígado tan importante, depende del tipo de hepatitis, pero por lo general consiste en reposo, pocas dosis de paracetamol para la fiebre y el dolor, y una alta ingesta de calorías, que son las que se consumen con la enfermedad, a través de dulces o caramelos a base de miel.
En Chiapas, la más común es el tipo A, seguido del B, mientras que el tipo C solo afecta al 1.2 por ciento de la población, aunque, como ya habíamos mencionado, el daño que puede causar es más grave que los demás, de ahí la importancia de la prevención a través de extremar medidas de higiene.
En este marco de la prevención, la vacunación es muy importante, pues previene entre dos y tres millones de muertes cada año en personas de todas las edades, sin embargo, apenas 8 de cada 10 niños reciben inmunización, y la hepatitis es una de las enfermedades que protegen las vacunas.
La hepatitis puede ser un enemigo silencioso, al no presentar síntomas en un inicio, por eso es muy importante prevenir a través de buenos hábitos de higiene, las vacunas correspondientes y evitar prácticas de riesgo que involucren jeringas o agujas, pues una vez que entra al sistema, se queda para toda la vida.