La realidad oculta detrás de feminicidios
México.- Han pasado 18 años desde el asesinato de Lilia Alejandra García Andrade, el mismo tiempo que su madre, Norma Andrade, ha buscado justicia.
En entrevista con Notimex, la también activista cuenta lo ocurrido en 2001 y cómo ha cambiado la situación respecto a los feminicidios en México.
"Soy Norma Andrade, madre de Lilia Alejandra García Andrade, desaparecida un 14 de febrero y posteriormente encontrada asesinada el 21 de febrero del mismo año. Originaria de Ciudad Juárez, Chihuahua", dice.
Lilia Alejandra no había cumplido la mayoría de edad cuando fue asesinada: su cuerpo estaba envuelto en una cobija, tenía marcas de sujeción en las muñecas, golpes en todo el cuerpo, múltiples lesiones vaginales y rastros de semen de diversos agresores.
"Cuando está desaparecida tú estás con la angustia de si está bien, en dónde la tienen, si está viva, si come, no come, pero como el tiempo que duró Alejandra desaparecida fueron siete días, yo ni siquiera tuve tiempo de reaccionar o de pensar qué era realmente lo que estaba pasando con ella", relata Norma.
A las pocas horas del secuestro, Norma Andrade acudió a la Fiscalía para denunciar la desaparición de su hija; la respuesta: “No se preocupe, seguro se fugó con su expareja”.
Recordó que cuando Alejandra apareció tenía 24 horas de haber sido asesinada, tras un cautiverio de seis días.
"Por increíble que parezca muchos dicen:´la tenía desaparecida, la encontró, ya, ya terminó´. En realidad no, porque es cuando empieza. Es un dolor diferente, pero el calvario también es diferente", afirma.
De hecho, ese no puede ser el final, "porque cuando entierras a tu hija tienes muchas dudas, tienes muchas preguntas qué hacer y ellos no te dan respuestas", señala la activista.
Cuando habló con la fiscal, relata, le dijo que le había ido bien. "Estaba hablando con nosotros, entonces ella me dijo: “le fue bien".
"Yo me acuerdo que en ese momento me le quedé viendo y le dije: “me acaban de asesinar a una hija y de la manera en que la asesinaron y te atreves a decirme que me fue bien”.
Después, comprendió esa respuesta: "A la señora Irma Pérez le dieron un costal de huesos y lo que le enseñaron para identificar fue un cráneo. Entonces, Irma vio un cráneo, le dijeron: “ésta es su hija, ¿verdad que sí?, Perfecto, llévesela”.
En su caso, Norma al menos tuvo la certeza de que a quien estaba enterrando era a Alejandra. "Aun cuando estaba muy golpeada y muy hinchada por los golpes y por todo se sabía que era Alejandra, yo no necesité una prueba de ADN para saber que a quien yo estaba enterrando era a mi hija, como muchas otras mamás".
Norma Andrade admite que Alejandra nunca imaginó vivir una situación así. La recuerda diciéndole: “Mamá, ¿me llevas al torneo de basquet o de futbol? o ¿al concurso de rondas?”.
Consideró que los medios de comunicación también tienen mucha culpa. "El pensar de la mayoría de la gente juarense, incluso de ella, es que eran jóvenes que andaban en los bares o se dedicaban a la prostitución, con una doble vida, y que la gente con que se juntaban y en el medio en el que se desenvolvían, eran quienes las asesinaban".
"Alejandra decía, 'yo ni voy al centro ni voy a los bares ni nada, a mí no me va a pasar nada' y uno no pensaba que pudiera pasarle, porque no estaba en ese contexto que el gobierno o la autoridad decía".
Tras estos 18 años, Norma Andrade se ha convertido en activista y lucha por llamar feminicidos a los asesinatos a mujeres, aunque su caso aún no está resuelto.
"Cuando menos logramos ya que se reconozca que se les está asesinando por ser mujeres nada más. En el caso de Alejandra no se maneja la palabra feminicidio; en su caso se maneja homicidio doloso, porque la palabra feminicidio, el delito, como tal se configuró en el 2009", explicó.
Las académicas ya manejaban la palabra feminicidio desde 2003, y ahora entiende cuál es la diferencia y por qué se tiene que manejar como feminicidio.
"Yo por lo que peleaba era porque se dijera eso: son asesinatos, no son las muertas de Juárez, Son asesinadas. La muerte es natural, porque durante muchos años se manejó las muertas de Juárez; todavía hay quien dice las muertas de Juárez, no dice las asesinadas o los feminicidios", remarcó.