En Chiapas, ser gay no se puede portar con orgullo
Tuxtla.- Junio es el mes del orgullo LGBT+, algo que va más allá de marchas o banderas multicolor. Es el símbolo de toda una lucha por los derechos de este sector, uno de los más vulnerables de la población, cuyo inicio data de hace exactamente 50 años.
Un poco de historia
El 28 de junio es el día que se fijó para celebrar el orgullo (pride) gay, por toda la historia detrás del surgimiento del movimiento por la diversidad, en conmemoración a los disturbios de Stonewall, un bar de Nueva York, en 1969.
Stonewall Inn era un bar ubicado en Greenwich Village, solía ser un punto de reunión para la comunidad LGBT+, por lo que las autoridades lo tenían bajo la mira y realizaban detenciones arbitrarias en sus alrededores.
En dicha fecha, se llevó a cabo una redada que desencadenó una serie de eventos violentos que se consideran como la primera ocasión en la que la comunidad luchó contra la persecución y el abuso de las autoridades en Estados Unidos, resistiéndose a ser detenidos.
Durante las década de 1950 y 1960, en Estados Unidos, toda persona que mostrara preferencias homosexuales era perseguida por la policía haciéndose acreedora a multas e incluso golpes, por lo que la homofobia que existía en aquel momento fue canalizada en encarcelamientos y terapias de conversión que ponían en riesgo la vida de las personas, como la castración, hipnosis, terapias de electrochoque e incluso lobotomías.
Entre principios de la década de 1960 y 1970, movimientos como la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos y la contracultura fueron el artífice para que la comunidad LGBT+ también levantara la voz y se exigiera respeto.
Lucha en México, cumple 41 años
En 1979, se llevó a cabo a cabo por primera vez la Marcha del Orgullo, una década después de los disturbios de Stonewall; desde aquel momento se busca que esta manifestación visibilice a las personas de esta amplia comunidad, pues se replicó en diversas ciudades.
Justo este año se cumplen 41 años de que México celebra esta marcha, que coincide con el número 41, los detenidos en la época de Porfirio Díaz por sus preferencias sexuales, por lo que “Orgullo 41:Ser es resistir”, es el lema que se eligió para este 2019.
Homofobia en Chiapas
Según el Centro de Derechos Humanos Frayba, es necesario crear conciencia sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas contra la población Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, Transexual, Intersexual y Queer (LGBTTIQ), entre las cuales se incluyen desapariciones forzadas, tortura, privaciones arbitrarias de la libertad y de la vida, criminalización, desplazamiento forzado, así como falta de garantías de acceso a la justicia.
“La población LGBTTIQ sufre vulnerabilidades específicas, muchas de las cuales no son reconocidas y que agravan los impactos de la violación a sus derechos humanos”.
Entre ellas, podemos mencionar la falta de tipificación de asesinatos con perspectiva de diversidad sexual y su minimización
como “crímenes pasionales”; fallas en la aplicación de protocolosy ausencia de medidas de protección; prejuicios de instancias policiales y agentes de procuración de justicia; violencia extrema, exclusión y discriminación estructural contra población LGBTTIQ, en México y América Latina.
La pertenencia de población LGBTTIQ a sectores históricamente marginados, como los pueblos indígenas, y el contexto de pobreza estructural del Estado agrava situaciones como la falta de acceso a la salud integral y trabajo en condiciones de igualdad.
Por esto, es sumamente necesario avanzar en la deconstrucción de una sociedad machista, patriarcal e ir avanzando en una sociedad inclusiva, que estimule a adultos, jóvenes, niñas y niños a comprender y respetar las diferencias; el desafío es enfrentar y erradicar la discriminación en la vida cotidiana tanto en los espacios públicos como en los privados. Chiapas continúa entre los estados con más incidencia de crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género. Desde el 2016 estos delitos se han incrementado en varios municipios de la zona fronteriza como Tapachula, así como en Palenque, Pichucalco, Tuxtla Gutiérrez y Villaflores.
“La discriminación basada en la orientación sexual e identidad de género afecta a la sociedad en su conjunto; las formas excluyentes de sexualidad están afianzadas en estereotipos machistas y patriarcales. Las relaciones humanas deben estar basadas en la diversidad que somos, que expresan la vida y su potencial de construcción de sociedades ancladas en el respeto y la dignidad de las personas”.
