Estudio revela cifras alarmantes, respecto a matrimonio infantil en México
SCLC.- Con la finalidad de obtener elementos que coadyuven a acciones de prevención para disminuir los matrimonios a temprana edad en Chiapas, la Asociación Civil Ideas Ch’eltik, realizó de febrero de 2018 a junio de este año, una investigación sobre el tema en contextos indígenas, específicamente en comunidades de San Juan Cancúc y Las Margaritas.
Durante la presentación de resultados, dieron a conocer que el matrimonio infantil y las uniones tempranas son prácticas tradicionales que vulneran los derechos de los niños y adolescentes, México representa la quinta tasa más alta de América Latina y el Caribe, donde se estima que 22.9 por ciento de las mujeres de 20 a 24 años se casaron o entraron en una relación informal antes de los 18 años.
“En Chiapas la tasa es de 30 por ciento, el estado cuenta con una población joven de 34.7 por ciento, tiene el mayor porcentaje de pobreza con el 76.2 por ciento y en los municipios donde se trabajó San Juan Cancúc tiene un porcentaje de pobreza de 98.4 por ciento y Las Margaritas con el 90.8; durante la investigación se entrevistaron a 32 jóvenes indígenas”.
Las características de los entrevistados fueron mujeres y varones que se unieron en los últimos cinco años antes de cumplir 18, con y sin hijos, con distinto nivel educativo y en diferentes inserciones laborales. “También se platicó con abuelos y abuelas acerca de cómo eran las costumbres de la unión, en los tiempos que ellos se casaron”.
“Nos encontramos con una variedad e normas, prácticas y costumbres que son reelaborados y adaptadas a las condiciones específicas de cada grupo y contexto, observamos un escaso margen de acción por parte de los jóvenes para poder tomar ciertas decisiones en torno a su vida. Los adultos, representados por los padres y las autoridades comunitarias, siguen teniendo mucha injerencia en aspectos centrales como es la unión y la vida en pareja”.
En el transcurso de la investigación, se dieron cuenta de que si bien las uniones a temprana edad aparecen normalizadas en estos contextos, “es importante señalar que desde nuestro punto de vista estás uniones son obligadas, tanto en el caso que se representa un embarazo como en aquellas donde las parejas acuerdan iniciar la convivencia, debido a la vigencia de ciertos mandatos sociales”.
Finalmente, coincidieron en que es indispensable continuar trabajando intersectorialmente desde el sector educativo, de desarrollo social y salud, para favorecer que los adolescentes y jóvenes permanezcan el mayor tiempo posible en la escuela, aún si están embarazadas o después de ser madres, “garantizar un acceso efectivo a información, consejería y métodos anticonceptivos e incrementar el diálogo con las autoridades comunitarias”.