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COMUNICADO

Estudian proteína antitumoral que podría llevar al descubrimiento de alternativas para tratar el cán


Los tejidos formados por una o varias capas de células unidas entre sí son llamados epitelios, los cuales recubren al cuerpo, como la piel, y forman los túbulos y las cavidades, en el caso de los túbulos renales y el estómago respectivamente. Los epitelios protegen al organismo de la radiación, la deshidratación y los microorganismos mediante la formación de barreras, las cuales resultan de la unión entre las células epiteliales a través del complejo de adhesión conocido como la unión estrecha (UE), explicó el doctor Arturo Raya Sandino, investigador postdoctoral del Departamento de Patología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan.

La proteína Zonula occludens2 (ZO-2) es un componente de la UE, que además de participar en la función de la barrera epitelial, también contribuye en la regulación de la muerte celular programada (apoptosis), el tamaño, la migración y la proliferación de las células. Y, con el fin de identificar procesos adicionales en los cuales la participación de la proteína ZO-2 es crucial, el investigador Raya Sandino trabajó con un modelo de células epiteliales renales en las que la expresión de ZO-2 se silenció constitutivamente para observar los cambios que podrían ocurrir en ellas.

“Identificamos que la falta de ZO-2 en las células epiteliales producía un fenotipo tumoral metastásico, es decir, observamos que los contactos entre las células se perdían, unas células crecían encima de otras y aumentaban su capacidad de migrar.

Estos cambios se acompañaron de alteraciones en el esqueleto de las células, como la formación de las fibras de estrés de actina, las cuales promueven el desarrollo de las células tumorales a invasivas”, señaló el doctor Raya Sandino, ganador del Premio Weizmann 2018 en Ciencias Naturales.

Para confirmar estas observaciones, publicadas en el trabajo doctoral del investigador La proteína ZO-2 regula la citoarquitectura epitelial modulando la actividad de las proteínasRho, se reconstituyó la expresión de ZO-2 en el mismo modelo para intentar revertir los efectos observados, y el resultado fue positivo. “Por ello, podemos concluir que las observaciones hechas en esta tesis refuerzan la idea de que ZO-2 es una proteína supresora tumoral y en el futuro será importante estudiar si se comporta como una proteína inhibidora de las metástasis”.

Entre las aportaciones del trabajo del doctor Raya Sandino, destaca la descripción de los mecanismos involucrados en la regulación de la arquitectura celular por ZO-2, los cuales se relacionan con las proteínas de la familia Rho, que funcionan como interruptores moleculares que al “encenderse” regulan el citoesqueleto y activan diferentes vías de señalización que promueven que las células se encimen, se muevan más rápido y cambien de forma.


“En vista de lo anterior, será importante analizar el impacto de la inhibición de las vías de señalización dependientes de las proteínas Rho, en las células tumorales en las que la proteína ZO-2 está ausente y el citoesqueleto se modifica”.

Así, el estudio del investigador ofrece nuevas alternativas para el tratamiento de tumores en los que la proteína ZO-2 está ausente, sugiriendo que la inactivación de los miembros de la familia Rho podría considerarse como una alternativa para el tratamiento del cáncer.

Finalmente, el doctor en Ciencias en la especialidad de fisiología celular y molecular destacó la importancia del estudio del cáncer en los tejidos epiteliales, ya que más del 90% de todos los tipos de cáncer tienen origen epitelial, en donde la unión estrecha (y su función de barrera) constituye una estructura fundamental que las células cancerosas destruyen durante las etapas iniciales de la enfermedad.

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