De selva a sabana, riesgo de la deforestación en la Amazonia
En los últimos 50 años la más extensa selva de América ha perdido 17 por ciento de su cubierta forestal por la explotación maderera y petrolera y el avance de la agricultura y la ganadería; de continuar este ritmo actual de daño, la región podría transformarse en sabana, advierten los científicos Carlos Nobre y Thomas E. Lovejoy en su artículo “Punto de inflexión del Amazonas” publicado en Science Advances.
De acuerdo con la investigación, las sinergias negativas entre la deforestación, el cambio climático y el uso generalizado de incendios indican un punto de inflexión en el cual, el sistema amazónico cambiará a ecosistemas no forestales en la Amazonia oriental, meridional y central y pase a ser una sabana. Solo se necesitaría desaparecer entre 20 y 25 por ciento de su cubierta vegetal.
Según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE, siglas en portugués), los incendios registrados en la selva en el último año han aumentado 278 por ciento la tasa de deforestación, por lo que los autores del artículo señalan que el curso sensato no solo es frenar estrictamente la deforestación, sino también reconstruir un margen de seguridad respecto del punto de inflexión de la Amazonia, reduciendo el área deforestada a menos de 20 por ciento, ya que reforestar significa recuperar el actual ciclo hidrológico de la selva, en beneficio del ecosistema.
En una entrevista para la BBC (British Broadcasting Corporation) el científico Carlos Nobre estimó que podría llegarse al punto de no retorno en un período de entre 15 y 30 años. La transformación irreversible en una vegetación más seca, propia de la sabana, podría alcanzar entre 50 y 60 por ciento de la superficie de la Amazonia antes del 2050.
Fracaso de la diplomacia climática
En entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, la doctora Alice Poma, académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIS-UNAM), dijo que en los científicos sociales hablan ya de un fracaso de la diplomacia climática porque proyectos como La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP) no ha logrado frenar la emisión de los gases de efecto invernadero (GEI).
Ante la falta de respuestas institucionales frente a las crisis ambientales, surgen movimientos trasnacionales de protesta, como Friday´s For Future,que si bien nació en Suecia inspirado en Greta Thunberg, se ha esparcido en diversos países del mundo.
“Y es que papel de los movimientos sociales es central para canalizar todas esas emociones que genera la crisis ambiental en personas sensibles. Las protestas orientan esas emociones a tomar acción para generar un impacto en la respuesta de los países” explicó la doctora en Ciencias Sociales Aplicadas al Medio Ambiente por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Agregó que “angustia, miedo e impotencia son emociones vinculadas al cambio climático, ya que pensar que nuestra casa está en llamas, como diría Greta Thunberg, es algo que genera esas emociones negativas”.
Los incendios en la selva del Amazonas muestran que hay una preocupación mundial por el desequilibrio ambiental pues no solo es el ecosistema, también son los incendios forestales en el Ártico, que desde hace 11 semanas están activos y han emitido, desde junio a los primeros 18 días de agosto, 167 mega toneladas de dióxido de carbono, casi lo mismo que emite, en un año, el servicio de autotransporte en México, de acuerdo con el Servicio de Monitoreo de la Atmosfera Copérnico.
“Sentir, pensar y actuar es un trinomio; así que sumar las emociones como categoría de análisis enriquece la comprensión sobre cómo estamos respondiendo a los problemas”, explicó la experta en conflictos ambientales y emociones.
El amazonas absorbe 2 mil 200 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año, de un total mundial de 36 mil 200 millones de toneladas. Sus beneficios, ecológicos redundan en todo el planeta.