Se fueron como estudiantes, regresaron como heroínas
Tuxtla.- A principios de febrero, conocimos a Manuela, Petra, Blanca Fabiola y Eulogia, cuatro valientes mujeres chiapanecas que emprenderían un viaje a la India para convertirse en ingenieras y darle un giro total a su vida.
No hay plazo que no se cumpla: partieron a mediados de marzo y acaban de regresar de aquella latitud, llenas de experiencias, conocimientos y ganas de cambiar su comunidad, aportar algo para cambiar al mundo.
Se trata de Manuela Gómez Gómez de El Bosque, Petra Beatriz Gómez de San Juan Cancuc, Blanca Fabiola Ordóñez de Mitontic, y Eulogia Hernández de Pantepec, quienes a su regreso se reunieron con los medios para compartir sus experiencias.
"Estuvimos en cosas que prácticamente fueron nuevas para nosotras, como fueron la realización de los circuitos, la realización de las lámparas solares y el conocimientos de todo lo que es una instalación solar", señaló Blanca Ordóñez, de Mitontic, quien antes de irse nos compartía su emoción y ganas de superarse.
Se trata del proyecto “Un modelo de educación para mujeres rurales, con el fin de lograr su transformación y con su aprendizaje, llevar soluciones de energía para zonas rurales de Chiapas”, presentado por la Universidad de los Pies Descalzos de India (Barefoot College), el gobierno de India, el Colegio de Ingeniería en Sistemas Computacionales del Tecnológico de Tuxtla Gutiérrez y el Grupo de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico.
Todas estas mujeres están entre los 30 y 55 años de edad, madres de familia que viven en comunidades sin energía eléctrica y que prácticamente se dedican al hogar y los hijos, por lo que se fueron en una misión que cambiará la historia.
"Aún en pleno siglo 21, las mujeres en zonas rurales, seguimos siendo violentadas, en ocasiones en cuanto a lo educativo, aún se nos limita", compartió Eulogia Hernández, originaria de Pantepec, quien nos cuenta que este cambio de lo doméstico a la ingeniería, fue un cambio total en su vida.
Ellas fueron cuatro de las 60 alumnas de Asia, África, Pacífico y Latinoamérica que aprendieron durante seis meses la forma construir y dar mantenimiento a sistemas de energía solar para uso doméstico, que pretenden implementar en sus hogares al volver.
El modelo educativo de Barefoot College está diseñado sólo para las mujeres a fin de reivindicar los temas de género a nivel mundial, además de resolver la problemática de ausencia de luz que aún deben sobrellevar mil 300 millones de personas en el mundo.
"Me siento que ya soy otra, ya no soy la misma, que cuando me fui de acá... porque ya traigo otra nueva experiencia", señaló Manuela Gómez, originaria de El Bosque, además, reconoce que lo más difícil fue estar lejos de su familia.
El objetivo de esta experiencia es conseguir que las comunidades sean autosuficientes y autosustentables, por ello la educación está diseñada para las poblaciones vulnerables, adquiriendo conocimientos a través de elementos ajenos al lenguaje tan diverso.
Y es que el idioma fue una limitante, pero no impidió que completaran su proceso de aprendizaje; Petra Gómez Cruz, de San Juan Cancuc, nos comenta: "no nos limitó, sino que por medio de expresiones corporales, el aprendizaje que nuestros maestros nos enseñaron, fue por medio de colores, por medio de aprender un poquito el inglés”.
Además, aprendieron sobre cuidados de la salud, derechos humanos, defensa de la mujer y ecología, conocimientos que pretenden transmitir a sus paisanos, así como instalar 50 paneles solares en cada municipio del que son originarias, beneficiando a 200 familias indígenas.
Mujeres de Oaxaca, Veracruz, Sonora y Yucatán han podido aprender y replicar estos modelos, llevando la luz a sus comunidades, así como mujeres de Honduras, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Suriname, beneficiando a 45 millones de indígenas desde México hasta Chile.
La idea es crear cinco centros más en los próximos cinco años, en este continente la idea es tener uno en Guatemala donde ya hay un terreno destinado para este fin, donde las mujeres aprenden y al regresar, ellas son las que saben, los hombres solo ayudan.