Prevalecen carencias nutricionales por falta de acceso a alimentación
Tuxtla.- Debido a la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y los avances en la materia, cada año se realiza un Foro Internacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, ya que este concepto involucra a muchos entes a niveles institucionales.
En el de este año, Elena Flores Guillén, investigadora y coordinadora del Observatorio Universitario en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la UNICACH, señaló que este concepto significa que todos tengan de manera oportuna y permanente, alimentos para vivir y desarrollarse, por lo que se encargan de buscar algunas alternativas que realmente den solución en el proceso.
“Esto se vigila bajo cuatro pilares: disponibilidad de alimentos, accesibilidad, consumo y utilización biológica; la disponibilidad es sobre producción, cuántos alimentos hay y cuántos son consumidos; la accesibilidad se refiere al costo y si puedes acceder a ellos; el consumo y uso va enfocado a un alto consumo de alimentos calóricos y el problema de enfermedades generadas por obesidad y retardo de crecimiento”, explicó.
Desafortunadamente, en las poblaciones rurales prevalece un fenómeno particular: personas chaparritas y gorditas, mientras que en el ámbito urbano vemos altas tasas de sobrepeso y obesidad.
“La alternativa es conjuntar esfuerzos desde diferentes lugares y tener un fin común, no es sencillo porque cada institución tiene sus objetivos y metas específicas, nosotros como universitarios debemos ser ese espacio para conjuntar las soluciones y ponerlas en práctica”, señaló.
En deducción, el concepto de seguridad alimentaria no se cumple en Chiapas; falta trabajar por ello, si bien actualmente hay programas encaminados a este problema, es importante mencionar que actualmente el término habla de encontrar la felicidad a través de estos criterios: buena vida, alimentación, salud, vestido y vivienda, por lo que es un concepto amplio y difícil de alcanzar.
Población vulnerable a enfermedades
Por otro lado, el investigador Héctor Ochoa Díaz López, perteneciente al Colegio Frontera Sur (Ecosur) con sede en San Cristóbal, señaló que como el estado tiene una población indígena importante, sobre todo enfatizando en los pueblos originarios, la mayor parte de ella está en condiciones de extrema pobreza y exclusión social, sin acceso a servicios públicos.
“Además de ellos están los trabajadores agrícolas no indígenas, los adultos mayores, las mujeres en general y de ciertos grupos, así como los grupos de género minoritarios, toda esta población es más vulnerable a enfermedades”, señaló.
Uno de los factores a tomar en cuenta es su posición dentro de la estructura social, en el trabajo, sus condiciones de vida, materiales, de vivienda, ingresos y acceso a los servicios de salud, ya que gran parte de la población no cuenta con ello.
“Esto los convierte en presas de enfermedades del rezago infecciosas parasitarias todavía tropicales como chagas o leishmaniasis, que ya están erradicadas en otros lugares, todavía hay muchos casos de tuberculosis”, dijo.
Encima de todo esto, ahora están las enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes, obesidad o cardiovasculares, que resultan de un estilo de vida; cada vez vemos más casos de cáncer, accidentes, violencia, problemas de salud mental como depresión o suicidio, por lo que se trata de un cuadro muy abigarrado y complejo, puntualizó el especialista.