Pueblos indígenas, “ensuciados” por alza en el trasiego de drogas
Tuxtla.- A pesar de que no lo ha documentado e incluso no es campo de su trabajo, Diego Cadenas Gordillo, director del Centro de Derechos Humanos “Ku’ Untik”, con sede en San Cristóbal de Las Casas, manifestó que existe una posibilidad de que en las comunidades o municipios indígenas se viva una “narcopolítica”.
“Aunque no lo sé al 100 por ciento, hay que aceptar que existe la posibilidad porque somos ruta de camino, y también sabemos que el consumo de drogas ha incrementado mucho, sobre todo de aquéllas que antes no eran consumidas en la entidad”, dijo.
De hecho, detalló que se ha visto cómo en las comunidades indígenas los jóvenes, principalmente, “se meten” cocaína, cristal o metanfetaminas, “eso nos comentan, pero lo que no he documentado es que si hay presencia de narcos en los ayuntamientos de esos municipios”.
Lo que sí le asombra, aceptó, es que en municipios como San Juan Chamula, Rincón Chamula o Pueblo Nuevo Solistahuacán, haya un manejo “agresivo” de armas de fuego, “este fenómeno no es propio de los pueblos indígenas, pero sí se contaminan con ese componente”.
Para evitar que se caiga en un “manoseo” de este tipo o que los pueblos indígenas se contaminen, Diego Cadenas consideró que es necesario que se les reconozca el derecho de elegir a sus autoridades representativas, por medio de usos y costumbres.
Quien piensa diferente es el párroco de Simojovel, Marcelo Pérez, quien refiere que la “narcopolítica” ya es una realidad en Chiapas, la cual se vive, según él, al menos desde el sexenio pasado, cuando los hechos violentos se recrudecieron por cuestiones supuestamente políticas.
Prueba de ello, advirtió, es que desde hace años ha luchado por que se actúe en la región Norte de Chiapas, en donde la venta de drogas ha incrementado de forma preocupante, lo que, agregó, es el reflejo de que algo no se hace bien “porque se permiten cosas malas”.