Al fin sabemos: ¡es niña!
Tuxtla.- Ahora sí, ya es oficial: ¡estamos esperando una niña! Déjenme decirles que fue una sorpresa total, pues yo estaba segurísima de que era niño, así que mi instinto maternal falló por primera vez… pero realmente fue una aventura enterarnos.
Desde un principio, mi hermana y mi mamá querían que fuera una sorpresa, es decir, organizar una de esas revelaciones de sexo donde con un globo, humo o polvo rosa o azul, se descubre el género del bebé.
Primero, Rodrigo y yo estuvimos de acuerdo, pero después nos pusimos ansiosos y quisimos saberlo solo nosotros dos en el consultorio, y después preparar la sorpresa para amigos y familiares… pero ¿qué chiste tenía? La cosa era que nosotros fuéramos los primeros sorprendidos.
Al final, accedimos a la revelación de sexo y empezaron las apuestas. Él siempre había querido niña, yo “presentía” que era niño, así que decidimos apostar que el perdedor le pagara al ganador todo un día de caprichos: desayuno, comida, cena, cine, bingo… lo que quisiera.
El viernes pasado, tuvimos cita con el ginecólogo, algo que siempre nos emociona porque vemos a –hasta la semana pasada- “el bebé”, cómo va creciendo, cómo se mueve… la semana pasada estaba todo doblado, con las piernitas hacia arriba, pero abría y cerraba la boca.
Entonces, le preguntamos al doctor si ya estaba seguro de qué era, y nos dijo que sí, así que le pedimos que nos anotara el sexo en un papel, lo metiera en un sobre y lo sellara, para que nadie, incluyendo a mi hermana y mi mamá, que siempre van con nosotros, supiera antes que nosotros.
Entre risas y emoción así lo hizo, mi mamá fue la encargada de llevarse el sobre para encargar el globo al día siguiente, porque no podíamos esperar un día más para saber, así como organizar una pequeña reunión con familia y amigos para conocer juntos el sexo del bebé.
Esa noche, no pude dormir: soñé con la reunión, pero no veía qué era, me moría de nervios y curiosidad, y Rodrigo estaba más seguro que nunca de que era niña, diciéndome que se iba a reír mucho de todos, pues la mayoría pensábamos que sería niño.
Así que al día siguiente, llegamos a la cita, él con playera rosa y yo con un vestido azul, apoyando cada quien su apuesta, y entre emoción y expectativa, a la cuenta de tres me tocó reventar el globo: una lluvia de papelitos rosa nos empapó y me tomó totalmente por sorpresa, aunque fue un momento muy emotivo y esperado, por lo que las lágrimas no se hicieron esperar.
Yo quería y sentía que era niño, pero realmente no tiene importancia… como dice mi abuelita, no importa lo que sea con tal de que venga bien, sana, ahora ya podemos imaginarnos su rostro, ver la ropa que le vamos a comprar, pensar en nombres y demás, pues ya sabemos que una hermosa bebé viene en camino.
Aquí volvemos a entrar en debate, pues cada uno tiene un nombre preferido, aunque Rodrigo dice que nos esperemos, que quizá cuando nazca vendrá a nosotros otro nombre que no habíamos pensado, pero que nos va a encantar.
Ya tenemos un pendiente menos, ya sabemos que será una bella Renata/Elisa o el nombre que elijamos, ya siento sus movimientos cada vez más fuertes y constantes, mientras mi bebé crece a la par de nuestra emoción, cariño y amor por ella.