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ALEJANDRA OROZCO

El embarazo y la diabetes gestacional


Tuxtla.- Prácticamente, Elisa y yo llegamos a los seis meses (es casi un hecho, ese es el nombre que más nos gusta, a reserva de que exista algún giro inesperado y optemos por otra alternativa), en esta semana nos toca hacernos un segundo ultrasonido genético para confirmar que todo marche bien, otros estudios de sangre y una prueba especial de glucosa.

A propósito de que hace unos días se conmemoró el Día Mundial de la Diabetes, cabe señalar que durante el embarazo es posible desarrollar diabetes, por lo regular aparece en los últimos meses y puede afectar a la mamá y al bebé, por lo que es importante monitorear estos niveles y algunas señales de alarma.

Al igual que en la diabetes tipo 2, algunos síntomas que pueden indicar su presencia son aumento en la frecuencia al orinar, infección urinaria recurrente, incremento desmedido de peso o exceso de sed, esto sucede por la resistencia natural a la insulina que surge en el embarazo y un mal funcionamiento del páncreas.

Aunque todas las mujeres corremos el riesgo de padecerla, somos más vulnerables quienes tenemos antecedentes familiares de este mal, pre diabetes, ovario poliquístico, sobrepeso, obesidad o un parto previo donde el bebé pesó más de cuatro kilos.

De no diagnosticarse y atenderse a tiempo, puede ocasionar un crecimiento fetal excesivo, malformaciones congénitas, muerte intrauterina, hipoglucemia neonatal o retraso en la maduración pulmonar, así como aumenta el riesgo en la madre de aborto, padecer diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial.

La diabetes gestacional tiende a desaparecer después del parto, aunque de no cuidarse, la paciente puede volverse diabética después, si no controla su peso, además, durante el embarazo debe controlar sus niveles de glucosa para no sufrir consecuencias y ver comprometido su bienestar o el del bebé.

De ahí la importancia de hacer ejercicio durante esta etapa, en lo personal no me he dado el tiempo de hacerlo, aunque trato de mantenerme activa a diario y controlar mi alimentación, aunque sea difícil porque siempre se me atraviesan pastelitos o helados... y sí, tengo antecedentes de diabetes en mi familia, pero hasta ahora mi glucosa se mantiene normal.

Hace unos meses me hice una prueba de glucosa y salió normal, acabo de hacerme otra e incluso, salió más baja de lo indicado, así como otros niveles de la sangre, condición normal durante el embarazo.

Mi doctor también me mandó a hacerme una prueba de glucosa Sullivan, que es especial para embarazadas, consiste en hacerme una toma de sangre, darme a ingerir cierta cantidad de glucosa y volverla a realizar una hora después, para cerciorarnos de que no tengo tendencia a desarrollar diabetes o a qué estoy asimilando de manera correcta los azúcares en la sangre.

Hay muchos factores a considerar durante esta etapa, muchos estudios que realizarme constantemente, ya me estoy acostumbrado a las agujas y a hacer pipí en vasitos, y es que la infecciones urinarias también son peligrosas y hay que mantenerlas a raya, afortunadamente todo se mantiene bajo control.

Cada vez siento más los movimientos de Elisa, ya empiezo a tener dolor en la cintura cuando paso mucho tiempo parada o sentada, incluso acostada, ya subí otro kilo -llevo cinco en total- y me dijeron que lo recomendable es subir en total de sie7e a 10, por lo que debo empezar a consumir más frutas y verduras que harinas, para nutrir bien a la bebé y no tener problemas de talla o peso después del parto, tanto ella como yo.

Estamos a poco más de tres meses de conocerla, empieza la cuenta regresiva, los preparativos y los nervios, pero ya soñamos con cómo será su cara, su mirada, su sonrisa, cada ultrasonido nos sentimos más cerca de ella y escuchar su corazón hace latir el nuestro.

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