IP debe apostarle a nuevas agendas verdes
Tuxtla.- Para Humberto Ahuactzin Ortega Director General Adjunto de Prospectiva Contable de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el cambio climático y sus efectos en el mundo es una realidad que ya alcanzó al campo empresarial, lo que ha obligado al sistema financiero global a tomar en cuenta esa variable para constituir nuevas “agendas verdes” en las que esté inmersa la sustentabilidad. Al respecto, consideró que a esa dirección debe caminar el sistema financiero mundial para contrarrestar el cambio climático y sus efectos económicos en el mundo empresarial.
“Ya le tocó a la empresa energética PG&E, ubicada en California, Estados Unidos, declararse en bancarrota por los fuertes incendios registrados durante el mes de enero de este año”.
Para él, consideró, de seguir esa tendencia en un futuro podrían ser más las firmas que quiebren a causa de los efectos de algún fenómeno natural propiciados por el cambio climático, los cuales cada vez son más extremos.
Agregó: “Se estima que dentro de diez años 100 millones de personas podrían ir a la pobreza y si vamos como vamos para el año 2030 seremos 720 millones de personas que podríamos ser movilizados por el problema del agua potable”.
En su reporte, la Red de Bancos Centrales Supervisores para Enverdecer el Sistema Financiero (NGFS, por sus siglas en inglés) establece que el cambio climático puede generar pérdidas sustanciales para la economía y el sector financiero, su impacto directo vendría de los eventos relacionados al clima extremo como sequías, inundaciones y tormentas.
Ante ese panorama, dicha red ha identificado los riesgos financieros sistémicos que implican estos temas ambientales-climáticos y busca la transición hacia una economía sostenible.
“Ya se busca incorporar los elementos propios del cambio climático para las decisiones estratégicas, desarrollando metodologías para medirlos y administrarlos”, mencionó Humberto Ahuactzin Ortega.
“Cada vez tenemos efectos más fuertes que están impactando a los negocios y si no se incorpora dentro de los análisis de riesgos esta nueva variable, potencialmente podríamos tener problemas de impacto económicos en el corto plazo y propiciar riesgos de créditos con consecuencias sistémicas”, mencionó.
En el mundo, dijo, se han destinado trillones de pesos que podrían ser canalizados a aquellas empresas que logren generar en sus estrategias financieras proyectos y esquemas sustentables que les permitan desarrollarse, ser resilientes y a su vez contribuyan a frenar los efectos del cambio climático.
Lo preocupante, mencionó el director general adjunto de Prospectiva Contable de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores es que los efectos del cambio climático pueden causar también pérdidas a la productividad de bienes económicos con riegos físicos.
La NGFS considera que de ser severos los daños provocados por los efectos del cambio climático se corre el riesgo también de reducir el valor de los bienes propiedad de instituciones financieras y de los préstamos de bancos colaterales. “También pueden afectar la capacidad de las empresas y los hogares para pagar lo que han pedido prestado”.
