Reos chinos envían SOS en tarjeta navideña
Londres.- Tesco, la cadena británica de supermercados, suspendió la producción de tarjetas navideñas fabricadas en China, luego de que una niña de seis años encontró en una de ellas un mensaje de reos denunciando que las elaboraban "en contra de su voluntad”.
"Por favor, ayúdenos y avisen a derechos humanos", es el texto que Florence Widdicombe del sureño distrito londinense de Tooting, encontró cuando escribía en las tarjetas navideñas mensajes para sus compañeros de escuela.
"Somos extranjeros presos en la prisión de Qingpu en Shanghai, obligados a trabajar en contra de nuestra voluntad. Por favor ayúdenos y notifiquen a derechos humanos", es el texto en mayúsculas que encontró la niña.
Tesco reaccionó a la nota con la afirmación de que jamás permitiría el trabajo forzado de reos en su cadena de abastecimientos y que prescindiría de su proveedor Zheijiang Yunguang Printing si la investigación que inició demostraba que recurría a esa práctica.
La empresa aseguró, también, que cuenta con un sistema de supervisión que garantiza que no se recurra al trabajo forzado, añadió que apenas el mes pasado esa empresa china había recibido la más reciente vista de supervisión.
De acuerdo a la BBC, las tarjetas navideñas con fines de caridad como las que encontró la pequeña Florence, tienen ventas por unas 300 mil libras al año (390 mil dólares) en beneficio de instituciones como British Heart Foundation, Cancer Research UK y Diabetes UK.
El mensaje de los presuntos reos obligados a trabajar en contra de su voluntad pedía entrar en contacto con el periodista británico Peter Humphrey, detenido en la prisión de Qingpu hasta hace cuatro años, quien dijo que excompañeros de cárcel confirmaron la existencia de ese tipo de trabajo.
Recordó que estuvo detenido de 2013 a 2015 y su sentencia de nueve meses la cumplió en el mismo bloque de celdas de donde el mensaje se estima que salió, es decir, que fue escrito por conocidos.
Estoy seguro que fue escrito como un mensaje de grupo, aunque podría afirmar que sé quien lo escribió, pero cuyo nombre nunca diré, garantizó en sus declaraciones.
Describió que en ese bloque había 250 prisioneros extranjeros, con unos 12 reos por celda que duermen en un cama de metal con una colchoneta de no más de un centímetro de grueso, en instalaciones heladas en invierno y como horno en verano.
Añadió que cuando estuvo preso el trabajo de manufacturas era voluntario y permitía ganar dinero para comprar jabón o pasta de dientes.
Quienes escribieron la nota sabían el riesgo que tomaban y estaban dispuestos a sumirlo, agregó, como perder puntos que se dan de premio a la buena conducta, ser privados de algunos alimentos o enviarlos a celdas de aislamiento, señaló a la BBC.
De acuerdo a la página electrónica del sistema de prisiones de Shanghai, Qingpu inició operaciones el 24 de diciembre de 1994 como una correccional para sentenciados por siete años o más, e incluye un área para extranjeros y una unidad de máxima seguridad.
Combina educación y trabajo para hacer que los reos se reformen, bajo el modelo "5+1+1", es decir cinco días de trabajo con uno de aprendizaje y uno de descanso.