Contaminación estropea planes en el Abierto de Australia
La mala calidad del aire en Melbourne, como consecuencia de los incendios forestales que no han parado en los últimos cinco meses, ya afecta los participantes del Abierto de Australia, cuya actividad oficial dará inicio el próximo.
Los altos niveles de contaminación han provocado que la segunda ciudad más grande de Australia sea declarada como la zona del planeta con la peor calidad del aire; sin embargo, pero esto no es motivo suficiente para que los organizadores del primer Grand Slam del año suspendan o hagan alguna declaración al respecto, motivo por lo cual han recibido fuertes críticas.
La semana pasada, el tenista número 2 del mundo, el serbio Novak Djokovic, presidente del consejo de jugadores de la ATP, solicitó a los organizadores considerar una postergación del torneo, pero el presidente de la Federación Australiana de Tenis, Craig Tiley, afirmó que no tenían previsto ningún cambio en el calendario.
“Según las informaciones que disponemos por el momento, no prevemos ningún retraso y activamos medidas adicionales para garantizar que el Abierto de Australia pueda desarrollarse como está previsto", dijo el federativo australiano.
Primeras afectaciones
La serbia Dalila Jakupovic se retiró ayer del partido contra Stefanie Vogele por dificultades para respirar, desde el primer set utilizó un aparato para apoyarse al inhalar, pero esto no funcionó y cuando ganaba 6-4 y 5-6, sufrió un ataque que la obligó a hincarse y salir de la cancha entre lágrimas.
La Autoridad de Protección Ambiental del estado de Victoria recomendó a los ciudadanos no exponerse al humo y permanecer en casa, se cerró el acceso a playas y albercas al aire libre, además de cancelar carreras de caballos, pero la ATP no ha atendido estos llamados y la programación de los partidos de tenis aún no ha sufrido modificación alguna.
Ante la negativa de los organizadores de detener las actividades del primer Grand Slam del año, tenistas como Sebastián Ofner y Brayden Schnur se han pronunciado en contra de continuar y criticaron también a figuras como Roger Federer y Rafael Nadal por no alzar la voz.