A más semanas de gestación, más sueño
Tuxtla.- ¿Recuerdan que les conté cómo en las primeras semanas de gestación me daba muchísimo sueño y a Rodrigo también? Pues la energía que me había inundado después de los primeros tres meses me volvió a abandonar, y regresaron el sueño y la flojera con todas sus fuerzas.
A mis 31 semanas de gestación, esta semana me ha costado muchísimo despertarme, como al principio, me quedo con sueño y con ganas de seguir durmiendo todo el día... afortunadamente todavía puedo dormir a pierna suelta, no tengo molestias significativas, más que una madrugada que me desperté por dormirme pensando en el parto, y Elisa se estaba moviendo muchísimo.
Dicen que es normal, pues está creciendo a ritmo acelerado y ahora solo le resta crecer en tamaño y peso, entonces es lógico que esto me consuma más energía, además de que mis órganos están más comprimidos y me agoto con mayor facilidad... hasta cuando como mucho o subo escaleras, siento que me canso.
De pronto, he tenido uno que otro susto porque siento una presión y como ganas de hacer pipí, las primeras veces pensé que eran contracciones, pero es sólo Elisa aplastando mi vejiga y haciéndome ir cada vez con más frecuencia al baño.
Además, leí que ahora será más común sentir las contracciones falsas o de Braxton Hicks, es cuando la panza se pone dura hasta por 30 segundos, pero no son contracciones reales, se supone que se presentan durante todo el embarazo y se sienten con mayor fuerza las últimas semanas, pero no aumentan en frecuencia ni intensidad como las contracciones normales.
Es innegable que Elisa ya reacciona a las voces y al exterior, cuando le habla su papá se mueve bastante, y a veces, cuando estoy abrazando a su hermanita (Mika, nuestra pug) también se mueve, como que sintiera su presión contra mi panza.
Otras mamás me han dicho que le hable a cierta hora para que entienda que ya es hora de descansar, o que le ponga música relajante, pues esto les ha ayudado a que sus bebés sean más tranquilos y menos llorones ya que nacen, les crea una rutina desde el útero y los ayuda a relajarse, por lo que lo estoy intentando.
Ahora, también tengo que comer menos aunque a cada rato, pues si me doy atracones de comida como antes, me lleno muchísimo, me agoto y me siento mal, así que mejor por poquitos aunque haga más comidas al día.
En estos casi ocho meses, he subido ocho kilos... todos me dicen que no se me nota, o sea que sí los he subido pero de pura panza, de ahí me veo igual de la cara, de los brazos, de todos lados. Algunos me dicen que me cuide porque este último mes subiré muchísimo de peso, y otros que es normal... tengo miedo de cuánto me falte por subir.
Hay veces que me cuesta dormir, pero no por incomodidad, sino por estar pensando en el parto, en el baby shower o en lo que nos hace falta para recibir a Elisa, más que preocupación es por emoción y ansias... estamos hablando de que en un mes y una semana, ya podríamos estarla conociendo y apapachando.