Demandan reforzar medidas de seguridad en escuelas
Tuxtla.- El caso de la niña Fátima provocó una sensación de impotencia y a la vez coraje en millones de mexicanos, pues de la puerta de su escuela fue llevada por una mujer, y luego sucedió la tragedia. Por ello, distintas voces en Chiapas coinciden en que se deben de cumplir los protocolos de seguridad necesarios en los centros educativos para que no se repitan estas desgracias.
Héctor Hugo Roblero Gordillo, coordinador en Chiapas de los Centros de Desarrollo Infantil, no solo condenó este tipo de situaciones, sino que abogó por que la seguridad sea más eficiente, que los directivos y maestros se esfuercen más en el tema, pero sobre todo, en la importancia de reeducar a los padres y madres de familia.
A la par, dijo, sería de suma importancia que la propia Secretaría de Educación o la autoridad competente tome en cuenta un recurso extra para la parte de la seguridad en las escuelas públicas, “no se necesita mucho, pero sí hay que invertir en eso porque, de lo contrario, ocurrirán más desgracias como la de Fátima”.
Dijo que, en el caso de los Cendis, poseen protocolos “muy estrictos” en el sentido de que cuando se inscribe un niño, tiene que estar “bien representado” ya sea por su papá o mamá o abuela, quienes deben de otorgar una fotografía personal porque solo a ellos se les entregará el alumno al término de las clases.
Aclaró que incluso es importante conocer el ambiente en el que se desenvuelven los infantes, es decir si viven en un contexto de violencia, de matrimonio separado, “porque muchas veces la pareja está en los juzgados dirimiendo, pues en estos casos a nosotros nos tienen que dar parte de ese proceso civil que llevan, para tomar las medidas preventivas”.
Lo más lamentable, agregó Hugo Roblero, es que hay progenitores que se molestan por ese tipo de reglamentos, e incluso utilizan a los medios de comunicación para desvirtuar una medida de seguridad que es necesaria en los centros escolares.
Sin embargo, también abogó por la reeducación de los padres y madres, pues a veces son irresponsables, y eso lo “palpa” cuando convocan a las reuniones escolares, “pues no vienen, o mandan a otras personas, y no debería de ser así”.
Inclusive puntualizó que será necesario tomar en cuenta una escuela para papás y mamás, “por eso nosotros contamos con trabajadoras sociales, y no es porque queramos juzgar cómo viven las familias, sino de qué entorno proviene ese menor, y así nosotros tengamos la capacidad de atenderlo de acuerdo con lo que vive”.
Recordó que hace años, en el nivel primaria, había un representante de educación especial encargado de los menores con ciertas dificultades, lo que en la actualidad es casi imposible al menos en las escuelas públicas.
De hecho, aseveró: “Se tienen que generalizar los reglamentos, porque es una grave responsabilidad de nosotros de cuidar a nuestros niños, de quién viene por ellos, y a veces nos han querido sorprender… y aunque se enojen a veces con la trabajadora social, vale más la vida de ese niño, que una irresponsabilidad de un padre”.
