En riesgo las ranas manchadas, centinelas del cambio climático
Utah.- Las ranas manchadas en las montañas de Utah fueron consideradas por los pioneros como mensajeras de agua limpia, pero llegaron a ser tan raras que en 1990 se les sometió a protección como una especie en peligro de extinción.
Al igual que muchos otros anfibios, las ranas en Utah enfrentan amenazas como convertirse en la comida de aves o serpientes hambrientas, pero ahora suman al hongo quítrido mortal, un patógeno cuya propagación se asocia con el cambio climático, que vaticina días de verano más calurosos y sequías más largas y profundas.
Paula Trater, técnica biológica de la Comisión de Mitigación y Conservación de la Recuperación de Utah, conocida “La Dama de las Ranas", ha seguido de cerca la precaria existencia de los anfibios en el Valle de Heber, a 45 millas al este de Salt Lake, durante más de dos décadas.
Recuerda que tras la crisis delos años 90, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre decidió no poner ranas manchadas en la lista de especies en peligro de extinción y optó por utilizar acuerdos de conservación de múltiples agencias en seis estados para tratar de preservar las poblaciones.
“Es difícil aislar las variables y descubrir exactamente cuál es el problema, pero lo obvio es que, si no hay hábitat ni humedales para ellos, no tendrán un lugar para procrear”, explica.
Al igual que muchos otros anfibios, las ranas en Utah enfrentan las amenazas de aves y serpientes hambrientas que quisieran convertirlas en su comida, pero ahora ha surgido un riesgo mayor: el hongo quítrido mortal, un patógeno cuya propagación está asociada con el cambio climático, y el calentamiento global promete un verano más calurosos y sequías más largas y profundas.
Trater ha escuchado que los pioneros mormones consideraban a las ranas como mensajeras del agua limpia y segura para beber. En aquel entonces, las ranas saltaban de “cada pequeño charco húmedo”, y su canto llenaba las noches.
Ahora, estas centinelas del cambio climático, como también son conocidas, compiten con los humanos por el hábitat aquí y en el desierto occidental de Utah, donde los proyectos de agua de miles de millones de dólares han amenazado con destruir los humedales que necesitan para vivir.
Las ranas son centinelas, una vez más, a medida que el planeta se calienta, concluye “La dama de las ranas”.