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Morirá en 2050 el 90 por ciento de arrecifes de coral, alertan


Vancouver.- Aún si el calentamiento global pudiera detenerse ahora, para 2050 más del 90 por ciento de los corales habrá muerto, afirmó la bióloga marina Julia Baum, de la Universidad de Victoria. “Los estamos perdiendo mucho más rápido de lo que cualquiera podría suponer”, añadió.

Y es que, explicó, donde hubo colores sorprendentes hace apenas un año, junto con una deslumbrante variedad de vida, ahora está muerto por el estrés del aumento de la temperatura del océano; "lo que queda es una inquietante extensión de gris, en una escena que se repite en los arrecifes de todo el mundo, en una catástrofe ecológica”.

Indicó que el mundo ha perdido aproximadamente la mitad de sus arrecifes de coral en los últimos 30 años, y los científicos luchan para garantizar que al menos una fracción de estos ecosistemas sobreviva más allá de las próximas tres décadas, porque la salud del planeta depende de eso, ya que los arrecifes de coral sustentan a la cuarta parte de las especies marinas y a alrededor de 500 millones de personas en el mundo”.

“Esto no es algo que sucederá dentro de cien años; los estamos perdiendo ahora mismo”, precisó la bióloga marina Julia Baum, de la Universidad de Victoria, en Canadá.

“Los estamos perdiendo mucho más rápido de lo que cualquiera de nosotros podría imaginar, al grado que si el mundo pudiera detener el calentamiento global ahora, más del 90 por ciento de los corales estarán muertos para 2050, y sin una intervención drástica, corremos el riesgo de perderlos a todos”, enfatizó.

Perder los arrecifes de coral es socavar la salud de una proporción muy grande de la raza humana, señaló por su parte Ruth Gates, directora del Instituto de Biología Marina de Hawai.

“Los arrecifes de coral producen parte del oxígeno que respiramos, por lo que a menudo se les describe como selvas tropicales bajo el agua; pueblan una pequeña fracción del océano pero proporcionan hábitats para una de cada cuatro especies marinas, además de formar barreras que protegen las costas de la fuerza de las tormentas”, agregó.

Adicionalmente, proporcionan miles de millones de dólares en ingresos procedentes del turismo, la pesca y otros comercios, y se utilizan en la investigación médica para curar enfermedades como el cáncer, la artritis y las infecciones bacterianas o virales, por lo que todos deberíamos preocuparnos, independientemente del lugar donde vivamos, explicó el biólogo Ove Hoegh-Guldberg, director del Instituto de Cambio Global de la Universidad de Queensland, en Australia.

Los corales son invertebrados y viven principalmente en aguas tropicales. Secretan carbonato de calcio para construir esqueletos protectores que crecen y adquieren colores impresionantes, gracias a una relación simbiótica con las algas que viven en sus tejidos y les proporcionan energía, pero son sensibles a las fluctuaciones de temperatura y sufren el aumento de ésta en los océanos y la acidificación, así como la sobrepesca, la contaminación, el desarrollo costero y la escorrentía agrícola.

Un aumento de temperatura de sólo 1 a 2 grados Celsius puede obligar a los corales a expulsar las algas, dejando sus esqueletos blancos visibles en un proceso conocido como “blanqueamiento”; el coral blanqueado puede recuperarse si el agua se enfría, pero si las altas temperaturas persisten durante meses, morirá y, eventualmente, el arrecife se degradará, dejando a los peces sin hábitats y a las costas menos protegidas de las marejadas ciclónicas.

El primer evento mundial de blanqueamiento ocurrió en 1998, cuando murió el 16 por ciento de los corales. El problema se disparó dramáticamente en 2015-2016 en medio de un fenómeno meteorológico natural extendido de El Niño que calentó las aguas del Pacífico cerca del Ecuador y provocó el blanqueamiento más generalizado documentado. Este tercer evento mundial de blanqueamiento, continúa hoy.

Las noticias se han centrado en el daño a la Gran Barrera de Coral de Australia, pero a otros arrecifes les ha ido tan mal o peor en todo el mundo, desde Japón hasta Hawai y Florida. Alrededor de las Islas Maldivas, en el océano Índico, 73 por ciento de los arrecifes sufrieron decoloración entre marzo y mayo de 2016, según el Centro de Investigación Marina.

Los más afectados han sido las áreas en el Pacífico central, donde la bióloga Baum de la Universidad de Victoria ha estado realizando investigaciones sobre Kiritimati, o la Isla de Navidad, en la República de Kiribati. Las temperaturas más cálidas del agua duraron allí diez meses en 2015-2016, matando a 90 por ciento del arrecife.

Para empeorar las cosas, los científicos predicen otra ola de temperaturas oceánicas elevadas a partir del próximo mes de mayo. “Los modelos indican que pronto veremos el regreso de la decoloración en el Pacífico Sur, junto con la posibilidad de decoloración en las partes este y oeste del océano Índico”, dijo Mark Eakin, especialista en arrecifes de coral y coordinador de Coral de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.

Los científicos no quieren dejar nada al azar y avanzando con experimentos que esperan puedan evitar la extinción, tratando de “entrenar” a los corales para sobrevivir a las crecientes temperaturas, exponiéndolos al estrés por calor sub-letal, con la esperanza de que puedan “arreglarlo de alguna manera en su memoria” y sobrevivir a un estrés similar en el futuro.

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