Hoy cumplimos dos meses
¿Adivinen quién ya usa pañales etapa 2? Adivinaron: Elisa. Hoy, mi bebé grandota está cumpliendo dos meses de estar con nosotros... justo estaba leyendo mi columna de hace un mes, y el cambio que ha dado es increíble.
A pesar de que la veo diario, sí puedo percibir -o según yo percibir- que cada día está más grande, cachetona, despierta y feliz. Lo noto en su ropa, en su reciente cambio de talla de pañal, y en su peso cuando la cargo para sacarle el aire o pasearla para dormir.
Durante este mes, ya tiene menos cara de enojada -menos, pero aún la tiene... son los genes de su papá- y nos regala sonrisas a diario, ya no tan involuntarias con antes, sino que ahora ya se ríe con ciertas acciones, como besarle los pies, jugarle las piernas, hacerle cosquillas en la panza o hablarle de cierto modo, sabe cuando estamos jugando con ella.
También “platica” mucho: se la pasa balbuceando cada vez más tiempo, a diario descubrimos un nuevo sonido de su boca, y esa es su manera de comunicarse, aunque todavía no habla, sí entiende y reacciona a lo que pasa a su alrededor, es un lenguaje que me asombra cada día conforme lo vamos estableciendo... algo me dice que va a empezar a hablar rápido.
Es que así ha sido todo con Elisa: rápido. No nos costó mucho establecer la lactancia, ha crecido de tal forma que ya usa ropa de 3-6 meses, ya levanta mucho su cabeza, y desafortunadamente, en los momentos difíciles uno quisiera que sus etapas pasen rápido, pero basta con mirar atrás para llenarse de nostalgia y darse cuenta que, efectivamente, crece rapidísimo y dan ganas de volver atrás el tiempo y que se quede para siempre como una bebé pequeñita e indefensa que dependa de nosotros.
Cada día me cae más el 20 de la hermosa hija que Dios me dio... cada día me siento más mamá, la siento más mía, nos siento más nosotras, unidas en un vínculo inexplicable, es por eso que me importa poco que se esté “acostumbrando” a solo dormir en brazos -hay que abrazarla hasta que se duerma profundamente para acostarla en la cama, si no, se despierta-, porque sé que muy pronto se va a volver autónoma e independiente, y extrañaré sentir su respiración calmada sobre mi pecho, sus manitas comprobando si sigo ahí, y sus suspiros entre sueños.
Se acerca también mi primer día de las madres, eso me llena de emoción aunque sé que no saldremos a celebrar a ningún lado. Soy mamá, mi regalo es Elisa, y tengo la dicha de tener a mi mamá para compartir esta hermosa etapa, aprender de ella y regalarle la dicha de disfrutar a su nieta... pero de eso hablaremos la próxima semana.
He empezado a hacer mi banco de leche... cada dos noches, ya que Elisa está dormida y pasó una hora desde su última toma, me extraigo leche mientras veo tele, ya cuesta más que antes porque ahora que se está estableciendo la lactancia, mi cuerpo produce a demanda, es decir, cuando Elisa succiona y no todo el día; como resultado he obtenido de dos a tres onzas por cada extracción, mismas que guardo en bolsas herméticas en el congelador y que se conservarán hasta por seis meses, es bueno tener una reserva por cualquier cosa, y también para cuando regrese a trabajar.
Por cierto, esta es mi última semana de incapacidad, pero debido a la contingencia, estar lactando me coloca en un grupo vulnerable, por eso me dieron chance de trabajar desde casa, para no arriesgarnos ni Elisa ni yo, estoy súper agradecida porque eso significa más tiempo con ella en casa.
Hijita: gracias por ser una niña increíble, saludable y hermosa. Tu sonrisa se ha convertido en mi cosa favorita en el mundo, y no lo digo de dientes para afuera, es verdad. Encontrarte sonriendo a lado mío todas las mañanas es lo más bonito que he visto y he sentido... felices dos primeros meses.