Desarrollan envases biodegradables para alargar vida útil de alimentos
Madrid.- El proyecto YPACK, financiado por la Unión Europea (UE) y liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha desarrollado y patentado un material a partir de subproductos de la industria alimentaria como alternativa al envasado tradicional de alimentos.
El nuevo envase puede alargar la vida útil de carnes, pescados o verduras, y degradarse en un periodo máximo de 90 días desde que se desecha, a la vez que reduce el desperdicio de comida, que es uno de los objetivos de la estrategia de la bioeconomía circular de la UE.
El CSIC informó que el proyecto, el cual concluye en octubre de 2020, tiene como objetivo ampliar la producción y validar comercialmente dos soluciones innovadoras de envasado de alimentos basadas en polihidroxialcanoatos (PHAs): una película de contacto alimentario y una bandeja, ambos totalmente compostables.
Tras desarrollar la película de contacto, un equipo multidisciplinar de 21 socios de 10 países miembros de la UE creó un envase compostable fabricado de un material sostenible, poli (3-hidroxibutirato-co-3-hidroxivalerato) (PHBV), que se produce a partir de suero de queso y microcelulosa de cáscaras de almendras.
“El paquete ideal implica huellas de carbono e hídricas más bajas, es biodegradable en el medio ambiente y compostable, hace uso de desechos o subproductos, está diseñado ecológicamente, es seguro y tiene las propiedades de conservación adecuadas para minimizar el desperdicio de alimentos”, explicó José María Lagarón, investigador del CSIC en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC) y coordinador del proyecto.
Los expertos buscaron que además de biodegradables los envases participaran de forma activa en la conservación del producto. En un paso previo, se utilizó PHBV a partir de subproductos de la industria alimentaria y se incorporó óxido de zinc y aceite esencial de orégano, dos ingredientes activos. Estos compuestos tienen buena actividad antimicrobiana para evitar intoxicación alimentaria.
Los especialistas descubrieron una proporción óptima de los ingredientes activos, que mostraron efectos antibacterianos a corto, 15 días, y medio plazo, hasta 48 días, en sistemas abiertos y cerrados.
“Los resultados en fase piloto muestran el potencial de los envases activos de base biológica para aumentar la vida útil de los productos frescos como carne, frutas, verduras y pasta fresca. El siguiente paso consistirá en evaluar la validez del envasado industrial en este tipo de productos frescos, los que más se desperdician”, precisó el CSIC.
Para ello se llevará a cabo un perfil del consumidor y un estudio de mercado para identificar las preferencias de los clientes y las necesidades del mercado y combinarlas con las nuevas regulaciones de la UE y el desarrollo de materiales de embalaje.