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Café Mukulum, de la selva norte al resto del mundo

  • ALEJANDRA OROZCO
  • 27 oct 2021
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 15 nov 2022

Tuxtla.- Mónica Miguel Solórzano Cancino es orgullosa productora de Café Mukulum, cosechado en Bachajón, en el corazón de la selva norte de Chiapas; se ubica cerca de Agua Azul y Chilón, un pueblo con gente cálida y amorosa, el significado de la palabra es “pueblo grande”, porque así se conocía a Bachajón antes.



Mukulum fue fundado por don Pedro Trujillo, quien desde 1992 compra, vende y selecciona los granos, entonces quiso comprar maquinaria y empezar a moler; primero lo daba a conocidos, y al tener buena aceptación lo empieza a vender al público. Es así como hace cinco años, ella y su esposo Damián Jiménez registran la marca con otro giro y lo empiezan a colocar en Tuxtla, conservando en su empaque los colores significativos del bordado que visten allá, lugar que por su altura sobre el nivel del mar es una zona de excelencia para el café.



“Nuestra gente llega a la bodega y selecciona los granos, el café primero viene verde, lo cortan, secan, checan el grano con la mano, ahí mi esposo empieza a mortear, que es pelar la cascarita, de ahí a tostar, y una máquina va seleccionando el café bueno y malo, hay personas a las que les gusta y se lo llevan con cáscara, que es el más económico, ya tostado lo trae a Tuxtla y aquí está el molino, nos gusta moler al instante o un día antes para que tenga más olor y sabor, yo me encargo de empaquetar, pegar etiquetas y distribuir”, señaló.


Es un trabajo en equipo y a ella le encanta, pues recuerda que su mamá siempre fue emprendedora, le gustaban las ventas y desde chiquita ella lo heredó, a Mónica le gusta socializar con la gente, de por sí vendía bolsas y como tiene ese plus, decide apoyar a su esposo en este proyecto y juntos salir adelante.


“Él es médico veterinario, pero por una enfermedad en los pulmones le prohíben el contacto con los animales y decide cambiar de giro, de ahí decidimos echarle todos los kilos a esto, mi esposo se levanta a las 3, 4 de la mañana a producir, para mortear y tostar el café es muchísimo humo, pero ahí anda... Es bonito tener un matrimonio y hacer equipo, en los negocios y en todo, vamos a expos a aprender juntos; tenemos un bebé de un año cinco meses y es un reto: mi esposo se regresa al pueblo, yo trabajo en gobierno de 8 a 3, llego un rato a ser mamá, después a moler, hacer entregas, llevo al niño a bazares y nuestra principal satisfacción es verlo bien, saber que el producto le gusta a la gente, eso nos motiva a saber que estamos haciendo las cosas bien”, compartió.


Todas las recompensas han tenido su sacrificio, pues es complicado el proceso para registrar la marca, necesitas un contador, te vaya bien o mal hay que pagar impuestos, además de que va subiendo el precio, y por ser orgánico se complica, por lo que han decidido poco a poco ir por los sellos, pues incluso ya les han hablado para exportar y para eso piden más papeleo, más dinero; Mónica explica que desde la cosecha se determina si un café es orgánico, el suyo lo es al producirse a mano, todo el procedimiento lo hacen ellos, no le ponen el sello por los permisos, pero ya cuentan con los estudios que hacen cada dos años para certificarse.



“La pandemia fue un proceso difícil pero ahí nació Tadeo, bajaron las ventas, estábamos solos, en diciembre se reactiva un poco y por Punto Tuxtleco nos hablan para pedirnos 700 bolsas de café, cuando mi esposo venía de Bachajón se le descompone el carro cargado en Oxchuc, le pedimos prestada la camioneta a mi papá y ahí se va por ella a Comitán, porque ya estábamos a contratiempo, mi bebé tenía seis o siete meses y empezamos a moler tres días sin parar, luego a envasar, hasta el niño andaba batido de café, el último día dos amigas nos ayudaron a etiquetar y lo logramos... de eso se trata, no hay como un negocio o marca propia, pero el comentario de las personas es lo mejor, a veces estamos de sol a sol en los bazares y solo vendemos un kilo, a veces te va bien o mal pero de eso se trata, es nuestro producto, nuestro futuro y lo mejor que le podemos dejar a nuestro hijo”, consideró.


Café Mukulum cuenta con sus presentaciones clásico; mezcla de la casa, que es márago con arábigo, este es un invento de Damián y su papá, ya que el márago es difícil de conseguir por una placa que hubo, además de ser muy fuerte y ácido, por lo que deciden combinarlos; tienen café con canela, que nace hace un año porque así lo preparan las abuelitas; y en diciembre quieren sacar el premium, que es de calidad gourmet de exportación.


Todas las variedades están disponibles en envases de un kilo, medio kilo, un cuarto y 100 gramos, manejan diferentes precios, también tienen café verde, a granel y de distribución, desde los 100 hasta los 240 pesos por kilo; precio de mayoreo a partir de los seis kilos, precio de distribuidor a partir de los 20 y a granel a partir de los 40 kilos, con envíos por 100 pesos en Correos de México y por Tres Guerras, a partir de 300 pesos.


“Mi sueño es poner una cafetería en Ocosingo, además de exportar nuestro producto, todas nuestras bolsas son rojas o de florecitas y eso nos distingue. Y es que el café se consume todo el año, haya frío o calor, en la mañana, tarde o noche, en fiestas o velorios, además tiene muchos beneficios, el residuo sirve como exfoliante, da brillo al cabello; por todo esto y más los invito a que consuman local, y que recomienden lo que se hace aquí”, pidió.



Café Mukulum estará este viernes en el Bazar Amor a Chiapas, que el 6 de noviembre celebrará su aniversario en el hotel Hilton junto con un grupo de mujeres empresarias, doble celebración para ella, pues hace justo un año llevó a su primer bazar a su bebé. Además, de manera permanente tienen varios puntos de venta en Tuxtla: el propio Bazar Amor a Chiapas que se ubica en la 7a sur y 7a oriente, el colectivo La Canasta en Las Palmas, un espacio frente a la Zona Militar, Pixán por Caña Hueca, el hotel Hilton y la Cafetería Bonampak, mientras que en San Cristóbal se ubican en el boulevard Marchante


“Justo ahí nos contactaron de Estados Unidos para exportarles café con canela, apenas antier hicimos la reunión y ellos se comprometieron a buscar la forma y permisos para que podamos hacerlo, también tengo entregas personales en Tuxtla a partir de un kilo, así como hacemos envíos a Monterrey, Querétaro, Cancún, Ciudad de México, también vendemos a granel y ya ellos lo envasan y le ponen su marca, o mandamos la bolsa roja para distribución, tenemos diferentes opciones y precios, incluso mi suegro vende por quintal”, señaló.


Los puedes contactar por Facebook o Instagram como Café Mukulum, o bien, a los teléfonos 9617097997 y 9612676635, para probar todo el sabor, olor y calidad del café de la selva chiapaneca hecha por manos artesanales y en familia.

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