Celebran a San Antonio Abad en Chiapa de Corzo
Tuxtla.- Desde muy temprano de este viernes, los parachicos se reunieron en la casa del patrón para iniciar su segundo día de danza, en esta ocasión en honor a San Antonio Abad, en el segundo de los tres días más importantes de su fiesta, en torno a los que gira la tradición milenaria de este pueblo mágico… y es que enero en Chiapa de Corzo, es sinónimo de fe, devoción, cultura y tradición, cada uno de sus barrios y habitantes unidos al son del tambor y el carrizo.
El recorrido por la mañana comienza pasando el puente colonial, para andar por todo el perímetro del centro visitando aquellas casas donde hay alguna imagen de santos o vírgenes, frente a cada altar danzan, gritan vivas, interpretan los sones con los instrumentos tradicionales, mientras más gente se une a la caravana poco a poco, conforme avanza el día.
En el pueblo hay tres imágenes de este santo: el viejito, el nuevo y el consagrado, con diferente antigüedad y dueño, pero que también son veneradas con la misma fe, desde un día antes, se elaboran las enramas que se ofrecen en honor al santo, imágenes que miden más de un metro y son trasladadas a la iglesia de Santo Domingo de Guzmán para celebrar la santa misa, ahí también danzan los parachicos, luego de recorrer todo Chiapas de Corzo danzando.
Posterior a la misa, las imágenes se regresan a sus casas, donde sigue la fiesta, no puede faltar la música de banda, la marimba y los instrumentos tradicionales, después los dueños hacen grandes peroles de la Comida Grande para repartir a todos los asistentes: la pepita con tasajo, que se sirve en las fechas más importantes, y esta no podía ser la excepción, combinando la carne de res con el molito de semilla de calabaza, que se come con tortilla hasta dejar el plato limpio después de que parachicos y chiapanecas bailan todo el día.
Si bien hay opiniones divididas al respecto, pese a que uno no esté de acuerdo con la pirotecnia, sigue siendo parte de la tradición, y va anunciando por las calles por dónde va el grupo de parachicos o el santo, así se guía uno si se quiere unir al festejo, en el que van niños y niñas, adultos, todos orgullosos de portar el traje de parachicos o chiapanecas, según sea el caso.
Las danzas se prolongan durante todo el día, hay gente que no puede faltar al trabajo por la mañana y por eso se une más tarde ya que sale, hay otros que piden permiso, o que cuadran sus vacaciones para estas fechas, las más importantes del año para ellos, incluso se suspenden labores en muchos centros de trabajo y escuelas, o los que asisten en Tuxtla, llegan a pedir permiso.
Por la mañana, es accesible llegar, la fila de coches no es tan larga, la circulación se desvía para no pasar por las calles principales ya que salen a danzar desde temprano, cuesta un poco encontrar estacionamiento, por eso es recomendable llegar bien temprano, ya después de mediodía sí se vuelve un caos y la fila llega hasta el retén y más allá, muchos optan por usar transporte público o irse todos en un solo auto, mentalizados también a que habrá multitud y bullicio.
Puestos de micheladas, tacos, tlayudas, pepita con tasajo, rusas, raspados y “azulitos” se ven por todas las calles, los habitantes del lugar aprovechan para vender y tener así un ingreso económico, pues incluso gente de fuera viene para ser testigo de la fiesta, ya se han viralizado fotos de extranjeros vestidos de parachico o turistas ataviadas como la chiapaneca, nadie se quiere quedar fuera, quieren vivir la experiencia, no entienden cuál es el escándalo.
Aunque los trajes originales ya se usan con algunas variaciones, como el calzado, los estilizados o los colores, la intención no es mala, simplemente quieren preservar las tradiciones sin dejar de reinventarse, y demostrar que lo típico puede coexistir con lo nuevo, que todos pueden ser parte y celebrar el orgullo de la Fiesta Grande.
El día 15 ya se celebró al Señor de Esquipulas, el viernes a San Antonio Abad, y este lunes es el día del patrono, San Sebastián Mártir, día de mayor afluencia y significado, para el que se preparan todo el año, y es que es admirable ver cómo las familias chiapacorceñas basan su año en esta fiesta, lo dejan todo por estar, disfrutar y celebrar sus raíces y sus tradiciones mundialmente conocidas.
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