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AGENCIAS

Cinco millones de parejas en México no pueden tener hijos

Tuxtla.- Cada 4 de junio se conmemora el Día Mundial de la Fertilidad, aunque el tema que resalta es el opuesto: la infertilidad es un problema que afecta tanto a hombres como mujeres; en nuestro país, se estima que aproximadamente de 4 a 5 millones de parejas tienen este problema.



Datos de la Asociación Mexicana de Medicina de la Reproducción refieren que entre las principales causas de problemas de fertilidad están el consumo de tabaco y alcohol, estrés, el aplazamiento de la maternidad, así como situaciones genéticas y hormonales.

Para las mujeres, la endometriosis es la principal, pues afecta a sie7e millones de ellas, seguido del síndrome de ovario poliquístico y enfermedades de transmisión sexual. En el caso de los hombres, la varicocele y el estrés oxidativo son los motivos más comunes.

Por eso es importante mantenerse informado, y en caso de desear la maternidad o parternidad, sensibilizarse respecto a que los problemas de fertilidad cada vez aumentan más, debido al ritmo de la vida de las personas, y pensar en la prevención antes de lamentar.

Covid 19, un factor de miedo

Debido a la crisis sanitaria que se vive actualmente y por recomendación de las autoridades mundiales de medicina reproductiva, así como por indicaciones gubernamentales, algunas  clínicas de reproducción asistida optaron por suspender sus actividades clínicas, pensando en la seguridad de sus pacientes.

Ante la actual contingencia, derivada de la pandemia por COVID-19, un número importante de parejas que estaban por iniciar algún tratamiento de reproducción asistida, o que ya se encontraban en el proceso de lograr un embarazo, vieron comprometido su deseo de ser padres.

Esto ante las recomendaciones de la Sociedad Europea, Americana, Latinoamericana y Mexicana de Medicina Reproductiva, quienes recomendaron suspender los tratamientos de reproducción asistida a partir del 15 de marzo de 2020.



También recomendaron suspender procedimientos quirúrgicos electivos y procedimientos diagnósticos no urgentes, además de atender a los pacientes mediante telemedicina para mantener a la población en confinamiento y evitar la propagación del virus SARS-CoV2.

Estas recomendaciones se emitieron en su momento, debido a la ausencia de evidencia en la literatura médica sobre el impacto que COVID-19 tiene en la mujer embarazada y en su feto.

Asimismo, para evitar complicaciones asociadas a embarazos que pudieran saturar el sistema de salud y primordialmente, para fomentar las medidas de distanciamiento social.

Hoy, la evidencia científica nos indica que el riesgo de transmisión vertical (madre a feto) es extremadamente bajo. A diferencia de otras epidemias como el SARS o MERS, las mujeres embarazadas con COVID-19 no han mostrado un mayor riesgo de complicaciones asociadas a la infección en comparación con mujeres no embarazadas.

Debido a que esta pandemia continuará durante un tiempo indefinido y a que la infertilidad es una enfermedad y la medicina reproductiva es un servicio esencial, algunas clínicas han decidido reiniciar sus actividades clínicas y tratamientos de fertilidad, manteniendo una vigilancia sumamente estrecha y tomando medidas estrictas para reducir riesgos para sus pacientes y su personal.

La infertilidad sigue siendo un tema tabú, a pesar de la existencia de muchos tratamientos para superar este problema e incluso la opción de la adopción, sin embargo, día a día se va abriendo un poquito más la conversación al respecto.

 

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