Con toros y “paxones”, así culmina el Carnaval de San Juan Chamula
- RUBÉN PÉREZ
- 4 mar
- 2 Min. de lectura
Tuxtla.- Desde temprana hora, las calles del “corazón” de San Juan Chamula estaban bloqueadas, pues cientos de personas, la mayoría lugareños, pero también visitantes, sobre todo extranjeros, arribaron para presenciar o disfrutar el último día de carnaval.

El cierre era especial: la llegada de los “paxones” (máximo cargo de autoridades para este tipo de festividades) a la plancha central de este poblado indígena, le daba paso a una serie de acciones para venerar, sin duda, al padre sol. Aunque hay quienes dicen que es un festejo ofrendado “Jesús”.
De pronto, decenas de varones, algunos caracterizados como “monitos” o “maxes” se arremolinan y, de uno en uno, van sacando los toros que aguardan en camionetas de redilas.

Entre todos, llevan al animal a dar un paseo por la plaza (según ellos son tres vueltas que le dan a cada uno), y ahí empieza la emoción más fuerte; incluso, este martes, un hombre recibió una patada en el rostro por parte de un toro, lo que lo dejó inconsciente y, hasta donde se supo, pereció.
“Eso siempre pasa, ¡hasta mueren!”, dice una mujer que presencia el espectáculo que va más allá de una cuestión religiosa, y que más bien provoca un sincretismo que se eleva por los cielos en forma de humo de incienso.

La bulla continúa; los hombres arrean a los animales, lo que provoca gritos y más algarabía; algunos disfrutan con latas de cerveza, otros con “pox” (bebida alcohólica tradicional), este cierre de carnaval, mismo que presenta una serie de actividades durante los 15 días que dura.
Mientras otros espectadores gozan del momento en techos de casas o hasta arriba de algún árbol u otra estructura, las horas transcurren y los varones no dejan de correr alrededor de la plaza central, jalando a los semovientes y gritando emocionados.
Poco a poco la gente se retira del lugar; sólo quedan los últimos grupos de “paxones” y monitos que le tienen que dar el paseo a los animales.
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