Cuento infantil: la aventura de la hormiguita Tita
AUTORA: Guisella Toro
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Twitter:@guiselatoro
Erase una vez en una montaña de la Selva Lacandona, vivía una colonia de hormigas. Todas trabajaban por igual, recogiendo alimentos e introduciéndolos hasta sus cuevas, donde eran colocados por las hormigas obreras en las bodegas que habían destinado para guardarlos. Entre ellas se encontraba una hormiguita de nombre TITA, quien se encontraba en aprendizaje, contaba con escasos meses de edad, su cuerpo era aún débil y por ello, ella misma aun no descubría que era lo que quería hacer cuando creciera: Obrera, Soldado, buscadora, recolectora, cuidadora de huevos, etc. Había tantos oficios dentro de la colonia, que aun no sabia para lo que estaba destinada.
Se pasaba el día ayudando a las recolectoras, luego se aburría y salía corriendo para ayudar a las cuidadoras de huevos, y así el día se le iba sin estar en un solo lugar. La hormiga REYNA ya se había dado cuenta de la inquietud y el aburrimiento de TITA.
Cierto día, después de terminar su jornada, de andar para acá y para allá, caminó hacia su casa; durante su trayecto vio que por ahí habían pasado cientos de hormigas recolectoras, el camino estaba bien hondo de lo que normalmente estaba. De pronto un gran movimiento telúrico sobre la tierra comienza a sentirse, las hormigas tenían bien planeado a dónde ir cuando eso pasaba. Sin embargo, a ella no le dio tiempo de salir corriendo a ese lugar. El techo del túnel se derrumbó y ella rodo con la arena en un hueco que había abierto el temblor, rodo y rodo hasta caer en una zona donde parecía que había un gran rio subterráneo. Su cuerpo dejo de sentir para caer en un sueño profundo. Al despertar, se da cuenta que flotaba en lo que parecía ser un río de sabor, el olor era delicioso, sin mas ni más prueba el liquido color negro que llenaba su cuerpo. El sabor era inigualable, nunca había probado una comida tan rica.
Se pregunto a si misma:
–¿Que es este maravilloso sabor? ¿Dónde estoy, porque no hay ninguna hermana mía aquí alrededor? –Comenzó a gritar para ver si alguien la escuchaba– ¿Holaaaa, donde están, estoy aquí…Alguien me puede ayudar a salir de aquí?
Nadie contesto algo, por lo que como pudo nado hacia lo que parecía ser la orilla que contenía ese lago negro. Salió del liquido y busco ver dónde se encontraba. No había nadie de su especie, camino por los alrededores y se dio cuenta que estaba sola, ella y su alma.
Al ir caminando, ve que en un pequeño orificio sobre ese túnel entraba un rayo de sol, como pudo escalo, para subir hasta esa luz. Al estar en la zona más alta, voltea y se da cuenta que lo que había sido su casa, hoy ya no existía. Esa enorme botella que se encontraba ahí con el liquido negro había derrumbado su hogar y el de varias hermanas suyas. Esa botella era ahora la causante de esta destrucción y también de que ella hubiera probado la cosa más rica del mundo. Caminó hacia el orificio de luz que le permitió salir al bosque, ahí si conocía. ¡Claro que conocía esa enorme ceiba grande, esos pinos altos y frondosos, esas hojas que olía a su alrededor, sabía que abajo estaba su colonia! Sin embargo, unos pies grandes y cubiertos con botas pisaron muy cerca de ella, regresándola al presente. Se dio cuenta que en ese lugar estaban acampando lo que parecían dos humanos. Habían ya colocado sus cosas y estaban buscando algo. Ella los escucho decir:
–No veo hacia donde cayo la botella, ya la busqué, pero nada, como si por arte de magia desapareció. –Exclamo uno de ellos– Debe ser que no busqué bien.
–Si eso ha de ser, además ya casi anochece, no hay mucha luz, ya déjala, mejor abre otra botella.
Su felicidad estalló al escuchar eso, tendría toda esa comida para ella solita. Siempre se preguntaba porque tenían que trabajar tanto, para acumular tanta comida, además de que muchas trabajaban todo el día, para comer solo lo que el comité les otorgaba como su sueldo. Estaba harta de pensar que haría ella el resto de su vida, que otros le dijeran que hacer y ahora al estar sola, ver tanta comida para ella solita, no podía ser mas que una chica afortunada. Su mente voló pensando en que ella podría construir su propia colonia, volverse Reyna. Camina por los alrededores y ve cuánta comida hay para ella solita y lo que sería su futura colonia de hormigas.
Al estar soñando despierta, se queda dormida bajo una hoja. Al despertar ve que hay mas comida, comienza a hacer su propio túnel, trabaja y trabaja solita, todo el día, hasta caer la noche. Así continuo durante una semana, llevando alimento a la bodega que había construido, estaba realmente cansada, no sabia que eso fuera a costarle tanto. Los exploradores cada día, salían a buscar algo y regresaban a comer y descansar. TITA se volvía loca de tanta comida que había para ella sola, se preguntaba porque los de su colonia no salían. Así pasaron los días y TITA había hecho un enorme túnel bajo la tierra ella solita, metió y metió comida que tendría para comer toda su vida. Había perdido la noción del tiempo, sin embargo, ya de aquella tarde que los exploradores habían acampado habían pasado cinco largos meses. La bodega de TITA estaba repleta de migajas de pan, de tortilla, de pastelillos, de galletas, de azúcar y había hecho un deposito de ese liquido negro que tanto le gustaba. Una tarde, escucha a los exploradores hablar:
–Ya nos quedan quince días más aquí, tenemos que revisar que cada muestra de plantas este bien, debemos regresar.
–Si, ya lo que me tocaba esta terminado, solo debemos recolectar una muestra de la FLOR DE LACANDIONIA, porque solo se da en este lugar y en los bosques de Guatemala. Hasta ahora no la hemos encontrado. Espero que mañana tengamos suerte. De no ser así, tendremos que venir el próximo año.
TITA comienza a preocuparse que los humanos ya se irían, por lo que, preocupada, decide que, al día siguiente, tiene que construir una nueva bodega para almacenar más alimentos, ya que cuando ellos se fueran solo le quedarían las hojas y frutos del lugar. Ya estaba habituado su paladar a comer comida de humanos.
Sin saber TITA había dejado de ser una hormiga arriera, para convertirse en una hormiga de ciudad. Ahora cuando probaba las plantas o arbustos no le gustaban. Al otro día, comienza construir otra bodega, su cuerpo ya estaba cansado de trabajar durante mas de cinco meses, ella solita, pero no descansaba, se había hecho adicta al trabajo y a recolectar la comida que estos humanos cocinaban.
Una mañana, al ir por más comida, ve acercarse al campamento una hormiga de su antigua colonia. Era una buscadora, se escondió. No quería ser vista por ella, ya que había tomado la decisión de vivir sola. Vió a lo lejos que habían descubierto la comida de los exploradores. TITA decide esperar a que se vaya. Cuando esta se fue, decide que no descansaría hasta acarrear lo que pueda, para llenar la nueva bodega que había construido. Al siguiente día, la hormiga buscadora llega acompañada por un regimiento de cientos de hormigas, probaron los alimentos y decidieron que también acarrearían hasta su bodega. TITA no sabia que hacer, estaba realmente furiosa. Una de ellas alcanza a verla de lejos, le grita su nombre:
–¿TITAAAA, eres tú? Titaaaa… Miren es Tita, la que creíamos muerta y que nunca la encontramos– Ella se escondió por lo que nadie le creyó a TETE, todas siguieron trabajando y llevándose la comida para su colonia–.
TITA, siguió escondida, sabía que no dejarían la comida hasta que terminaran y que los exploradores las matarían. Sus hermanas le habían contado que las hormigas buscadoras corren mucho peligro, pero eran muy valientes puesto que gracias a ellas tienen comida. Así llego la tarde y con ella los exploradores, que en efecto al ver todos sus alimentos cubiertos de cientos de hormigas, los colocaron en un cazo lleno de agua donde ellas ya no pudieron entrar y con el insecticida que rociaron, muchas de ellas quedaron muertas; y otras corrieron para no ser alcanzadas por el liquido exterminador.
Esa noche TITA no pudo dormir, le dio sentimiento la muerte de tantas de sus hermanas. Iría por ellas para enterrarlas. Amaneció con una lluvia fina, los exploradores, aún así, salieron a buscar sus plantas. Los alimentos al ser depositados en ese cazo de agua, ninguna hormiga podría robarse nada. Fue por el cuerpo de sus hermanas y trabajo todo el día en enterrarlas en un hoyo que había cavado ahí cerca del túnel donde vivía. Al siguiente día, llego un regimiento de hormigas para buscar los cuerpos de sus hermanas, pero vieron que no estaba ninguna. Se retiraron preocupadas, no entendían quién se había llevado los cuerpos.
La lluvia seguía y cada vez más fuerte, TITA decidió que no trabajaría, ya que no había comida que acarrear, por primera vez después de más de cinco meses de trabajar y trabajar, descansaría.
Esta era su primera lección de vida: Ahora entendía porque sus hermanas trabajaban todos los días. Porque cuando encontraban comida se tenia que aprovechar y acarrear lo mas que se pudiera, para cuando no se pudiera obtener, principalmente cuando comenzaba a llover tan fuerte. Llovió y llovió más fuerte, que también los exploradores llegaron corriendo, para refugiarse de los rayos y la fuerte lluvia que caía, parecía un verdadero diluvio.
Como nunca la habían capacitado para construir un túnel, ella lo había hecho cómo vio hacerlo cuando ayudo a cavar, pero no le había puesto palos que detuvieran la arena. Así sin más, el agua comienza a entrar a su cueva. Cada vez más, afuera va subiendo el agua en los caminos, se convierten en ríos y su cueva comienza a inundarse. TITA comienza a llorar desesperada, no sabe que hacer, todo el esfuerzo hecho y la comida almacenada estaba a punto de desaparecer. No sabe cuánto tiempo paso ahí, pero cada hora que pasaba, el túnel que construyó, se llenaba mas de agua. Comienzan a caer bloques de arena sobre la primera bodega de alimentos, desde el mirador que había construido, podía ver todo lo que estaba pasando.
Lloraba y lloraba, todo su sueño estaba derrumbándose. Lo peor para ella fue ver la bodega exclusiva que contenía el liquido negro que tanto disfrutaba, se estaba también desmoronando. Se encomendó a su creador y decidió que ahí moriría. No podía regresar a su colonia derrotada, vieja y cansada. Sí, porque después de tantos meses de trabajar sola día y noche, había envejecido y sus fuerzas ya no eran las mismas. Se dispuso a entregar su cuerpo a la inundación, dormiría para que no sintiera dolor. El agua le llegaba hasta el cuello y cubrió todo su pequeño cuerpecito, se abandonó sin luchar. Al respirar le entro agua por la nariz, olvidándose así de vivir, solo quería morir.
TETE, no se quedo con la duda y después de salir corriendo por la rociada de insecticida, convenció a cuatro hormigas más, de ir a buscar a TITA, aunque no le creyeron, la acompañaron. Llegaron justo al túnel cuando este comenzaba a inundarse y caminaron explorando todo lo que había almacenado. Vieron caer las bodegas y buscaron en el mirador, a lo lejos observaron a TITA, que caía sobre el agua, dejándose morir. Corrieron para sacarla del agua, cómo pudieron rescataron su cuerpo y la sacaron del lugar. Ellas habían aprendido a nadar, eran del grupo de rescate, excavadoras y buscadoras especializadas.
TITA fue cargada y llevada a la colonia. Cuando despierta, cree estar en el cielo de las hormigas. Como nunca se había enfermado, no conocía a las hormigas enfermeras, así que sin más pregunta:
–¿Esto es el cielo? Ahora que haré aquí, díganme cuál será mi trabajo. Me fui buscando ver el mundo, aprender de el, conocí los alimentos de humanos que me enviciaron y me volvieron egoísta, porque esa comida la quería solo para mí. Luego pensé que podía formar mi propia colonia, se me fue la vida trabajando para nada y aquí estoy…muerta y sin familia, sin que nadie me busque y sepa como morí. Me arrepiento de todo eso, pero ya para que. Miren cuánto envejecí en ese tiempo. Si volviera a vivir, me quedaría en mi colonia, esa que me vio nacer y que me dio todo, nunca la valoré –ninguna de las hormigas se percato que acababa de entrar la HORMIGA REYNA, quien al escuchar eso le dijo:
–TITA, estas en tu hogar, en tu casa, la que te ha amado siempre. Desde que naciste vi lo inquieta que eras y que querías siempre saber más, todo aquí adentro te aburría. No te preocupes, ahora has conocido el mundo, has visto que no es fácil vivir y trabajar sola.
Por eso estamos organizadas así, cada una tiene un trabajo, para lo que es buena. Hoy he descubierto que tu eres buena, para formar parte del grupo de hormigas exploradoras y buscadoras, ya que nada te dio miedo, probaste alimentos de humanos y elegiste vivir de ellos. Ahora has descubierto también que tienes una familia y somos nosotras. Aquí nada te pasará, siempre hay accidentes como el que te ocurrió esa mañana de tu desaparición, pero te buscamos y nunca apareciste, por lo que teníamos la leve sospecha que estabas viva. Me da mucho gusto que sea así. Bienvenida nuevamente a tu hogar – La Hormiga REYNA se acerca para abrazar a TITA y ella rompe en llanto durante un buen rato–
–Gracias REYNA GALATEA, por recibirme nuevamente y dejarme quedar otra vez aquí. Le prometo que ahora seré obediente, haré lo que me corresponda y nunca tendrán queja de mí. Sé que antes de que me fuera, se quejaban que andaba de lugar en lugar, ayudando de a pocos, pero ahora lo haré con todo mi empeño y dedicación. Mi segunda Lección de vida es: que tengo una familia y son ustedes, nunca mas me alejare de aquí. Mi tercera lección de vida es que la familia se busca aún en la peor adversidad cómo me ocurrió a mí y por eso estoy viva, porque no me abandonaron y siempre me buscaron. Gracias infinitas por eso, no tengo palabras para expresar este sentimiento de agradecimiento profundo y prometo que de ahora en adelante también daré hasta mi vida, por cualquiera de mis hermanas hormigas, como ellas lo hicieron por mí.
TITA pasó otros días más en el hospital, pero cuando se recuperó se puso su traje de exploradora y se le vio luchando afuera por varias de sus hermanas hormigas atrapadas por las lluvias o los deslaves. Su aprendizaje fue para toda la vida.
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