Descubren tecnología rápida y sencilla para conseguir células madre más eficientes
México.- Investigadores españoles han descubierto una tecnología rápida y sencilla para conseguir células madre más eficientes en medicina regenerativa, lo que abre la puerta a la mejora en la generación de distintos tipos celulares necesarios para la medicina regenerativa en afecciones musculares o alteraciones del sistema nervioso.
Se trata de un trabajo colaborativo, liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en el que han participado 6 organismos nacionales e internacionales como el Harvard Medical School en Boston, el Garvan Institute of Medical Research en Sidney o el Salk Institute for Biological Studies en La Jolla, entre otros.
Las células madre se han convertido desde hace años en una gran esperanza para la medicina regenerativa. En la última década varios estudios han mostrado que este tipo de células, a las que se denomina “madre” por su capacidad de generar una variedad de tipos celulares diferentes, pueden aplicarse en la medicina regenerativa para enfermedades del sistema nervioso o musculares, entre otras.
Una de las limitaciones principales en la aplicación de estas terapias celulares es la calidad de las células madre que se pueden generar en el laboratorio, lo que está dificultando su utilización con fines terapéuticos. Ahora, un equipo del Grupo de División Celular y Cáncer del CNIO, liderado por el investigador Marcos Malumbres, ha descubierto una nueva tecnología, sencilla y rápida, que impulsa in vitro e in vivo el potencial de las células madre para especializarse en células adultas.
“En los últimos años, se han propuesto varios protocolos para obtener células madre reprogramadas en el laboratorio a partir de células adultas, pero muy pocos para mejorar las células de las que ya disponemos. El método que hemos diseñado es capaz de aumentar notablemente la calidad de las células madre obtenidas por cualquier otro protocolo, favoreciendo así la eficacia en la producción de tipos celulares especializados”, indica María Salazar-Roa, investigadora del CNIO, primera autora y responsable de correspondencia.
En este trabajo, publicado en la revista ‘The EMBO Journal’, los investigadores localizaron un tipo de secuencia de ARN, denominado microRNA 203, que se encuentra en los estados embrionarios más tempranos -antes de la implantación del embrión en el útero materno, cuando las células madre tienen su máxima capacidad para generar distintos tejidos-. Cuando añadieron esta molécula a células madre en el laboratorio, descubrieron que eran capaces de mejorar significativamente su capacidad para convertirse en otros tipos celulares.
Para confirmarlo, usaron células madre de origen humano y murino, además de ratones modificados genéticamente. “Los resultados han sido espectaculares, tanto en células de ratón como en células humanas. La aplicación de este microRNA durante solo 5 días impulsa el potencial de las células madre en todos los escenarios que hemos probado y mejora su capacidad para convertirse en otras células especializadas, incluso meses más tarde de haber estado en contacto con el microRNA”, indica Salazar-Roa.
Según el trabajo, las células modificadas por este nuevo protocolo tienen una mayor eficiencia en la generación de células cardiacas funcionales, abriendo la puerta a la mejora en la generación de distintos tipos celulares necesarios para el tratamiento de enfermedades degenerativas.
Gran trabajo colaborativo
“Para llevar este activo a la clínica, es necesaria ahora la colaboración con laboratorios o empresas que quieran explotar esta tecnología en cada caso específico”, señala. En este contexto, Salazar-Roa ha participado recientemente, y en estrecha colaboración con el equipo de Innovación del CNIO, en prestigiosos programas de Innovación como IDEA2 Global del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y CaixaImpulse de la Fundación La Caixa, del que además han conseguido financiación para iniciar el desarrollo de esta tecnología.
El trabajo de investigación ha sido realizado en colaboración con los grupos de Sagrario Ortega, Maria Blasco y las unidades de Biotecnología del CNIO, Manuel Serrano del IRB Barcelona, José Fernández-Piqueras del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO-CSIC), Fátima Valdés-Mora y Susan J. Clark del Garvan Institute of Medical Research en Sidney, Juan Carlos Izpisúa- Belmonte del Salk Institute for Biological Studies en La Jolla y Da-Zhi Wang de Harvard Medical School de Boston (US).
El estudio ha sido financiado por diversas entidades nacionales como la Asociación Española contra el Cáncer, la Fundación La Caixa, la Comunidad de Madrid, la Fundación Botín y el Banco Santander y el Ministerio de Ciencia e Innovación. También han participado entidades internacionales como la National Breast Cancer Foundation/Cure Cancer Australia Foundation y National Health and Medical Research Council (Australia), la Worldwide Cancer Research (UK) y la G. Harold and Leila Y. Mathers Charitable Foundation.
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