Descubren una abeja con 'hocico de perro'
Un equipo de investigadores de la Universidad de Curtin (Australia) ha descubierto una nueva especie de abeja nativa bautizada como Leioproctus zephyr, ubicada en los matorrales de Perth. La nueva especie lleva el nombre del perro mascota (Zephyr) del autor principal del estudio, Kit Prendergast, ya que, curiosamente, la abeja posee un hocico parecido al de un perro y de ahí el “honor” científico.
“Cuando examiné por primera vez los especímenes que recolecté durante mis encuestas de doctorado para descubrir la biodiversidad de las abejas nativas en las regiones urbanizadas del punto crítico de biodiversidad del suroeste de Australia Occidental, me intrigó instantáneamente la cara tan inusual de la abeja”, dijo Prendergrast en su trabajo publicado en la revista Journal of Hymenoptera Research. “Cuando fui a identificarlo, encontré que no coincidía con ninguna especie descrita, y estaba seguro de que si era una especie conocida, sería bastante fácil de identificar dado lo inusual que era en apariencia”.
Abeja inusual
La especie de abeja recién descrita pertenece a Leioproctus, un género rico en especies en la familia de abejas de yeso Colletidae. El género consta de más de 300 especies de abejas agrupadas en 35 subgéneros. Se encuentran principalmente en la región australiana y en las áreas templadas de América del Sur.
«Leioproctus zephyr tiene una distribución muy restringida, solo se encuentra en siete lugares en el suroeste de Australia Occidental hasta la fecha, y no se ha recolectado en su ubicación original. Estaban completamente ausentes de los jardines residenciales y solo presentes en cinco remanentes de matorrales urbanos que examiné, donde se alimentaban de dos especies de plantas de Jacksonia”, aclara el experto. “Esta especie no solo es quisquillosa, también tiene un clípeo que parece un hocico. Por lo tanto, les puse el nombre de mi perro Zephyr”.
Prendergast pudo confirmar que la nueva especie estaba más estrechamente relacionada con otras especies de Leioproctus no identificados a través de códigos de barras de ADN.
“Los insectos en general son tan diversos y tan importantes, pero no tenemos descripciones científicas ni nombres para muchos de ellos”, concluye Prendergrast.
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