El Real sacó el ADN
- AGENCIAS
- 12 abr 2022
- 2 Min. de lectura
Con una nueva dosis de sufrimiento, tras tirar por tierra su ventaja de dos tantos de Londres en una noche aciaga y a la heroica cuando de nuevo lo vio todo perdido, el Real Madrid firmó su clasificación para las semifinales de Champions League en la prórroga, con un tanto, como no, de Karim Benzema.

Diez semifinales en las doce últimas ediciones de la Champions League son la demostración de un poderío incontestable, un gen que aparece en esos momentos claves que deciden duelos de grandeza. Una capacidad de levantarse única cuando todo parece perdido. Nadie le podrá discutir el mérito al Real Madrid de su camino, como tampoco el sufrimiento extremo. De una noche mágica para bajar a la tierra al PSG, a una repleta de incertidumbre de un equipo que jugó sin defensa y eliminó al vigente campeón.
Tanta muestra de respeto previa. Tanta advertencia de sufrimiento, provocó que los jugadores saltasen atenazados al campo. Sin balón, con un repliegue excesivo. Obligado por el empuje de un Chelsea, al que sólo le quedaba la baza de arriesgar, a jugar a lo que no sabe un Real Madrid atemorizado.
El batacazo del clásico dejó lecciones que parecían aprendidas. No le faltó intensidad al equipo de Carlo Ancelotti. No hubo excesos de confianza pero sí nerviosismo e impotencia desde que un error posicional defensivo que le daba al Chelsea lo que necesitaba. Un gol en el primer cuarto de hora.
El panorama desde lo futbolístico no favorecía al Real Madrid. Nacho caía lesionado y ya no estaba Casemiro en el campo, sustituido como Kroos. Dos pilares que hicieron aguas. Carvajal como parche de central, Marcelo y Lucas de laterales. Con una defensa que jamás pensó alinear Ancelotti llegó uno de esos momentos difíciles de explicar en el Bernabéu.
El partido se había cerrado con dos claras ocasiones en boca de gol desperdiciadas por Pulisic y, sin embargo, en la primera acción de peligro de la prórroga del Real Madrid, desde el poderío físico de Camavinga, cuando Vinícius le puso la pausa necesaria a un centro medido al jugador de la eliminatoria. Benzema, de cabeza como en Londres, firmó el milagro antes de un ejercicio de resistencia con una intervención de Courtois a Ziyech antes del final feliz.
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