El robo a la ASE
El mayor robo de la historia lo sufrió el Museo Isabella Stewart Gardner de Boston, al que sustrajeron 13 obras maestras firmadas por Vermeer, Rembrandt, Manet o Degas, pero ha habido otros, como la pintura más visitada y observada del Museo de Louvre, la Gioconda, haya podido ser sustraída en alguna ocasión de su pared. Pasaron más de dos años hasta que la policía pilló a los ladrones tratando de vender el cuadro. El Grito o el Políptico de Gante son también algunas de las pinturas que han sido sustraídas de la manera más inverosímil, afortunadamente, regresaron sanas y salvas a sus hogares. Hay sucesos que parecen escritos para un guion cinematográfico. Eso es lo que ocurre en la mayoría de los casos de robos de obras de arte, oro o dinero, realizados tanto a plena luz del día como al caer el sol, o en la nocturnidad. Sin embargo, el robo o asalto al edificio de la Auditoria Superior del Estado de Chiapas (ASE) el pasado viernes, no se habla de obras de arte ni dinero, menos de oro, sino de documentos oficiales, legajos de papeles, instrumentos computarizados de comprobación de presupuestos, entre documentos y datos digitales, que fueron sustraídos porque presuntamente contenían información veraz y evidente de algunos funcionarios estatales y exalcaldes municipales que no podrían exponer y comprobar sus “cuentas claras” de los presupuestos estatales y municipales que ellos manejaron y operaron en el actual sexenio. Un presunto robo sin precedente, solamente para no dejar huellas de corrupción de cientos de millones de pesos y quizás miles, y que se están obligados aclararse, para no pasar a la “historia negra” o la de confeccionar un guion cinematográfico o de perdis un libro escrito de tal hazaña perversa que solamente en Chiapas pudo ocurrir. Solo eso faltaba, sustraer “documentos y tecnología” de todo un sexenio para borrar huellas administrativas que apuntan a la operatividad y conducción de presupuestos y plataformas financieras que son “dinero del pueblo”, y de nadie más, y que exige que se haga una investigación minuciosa para conocer el involucramiento presunto de pésimos servidores públicos que giran alrededor de esta institución de transparencia pública, que traicionan al gobernador Rutilio Escandón y al pueblo de Chiapas.
No puede ser y no debe de ser, que la denominada Auditoría Superior del Estado , una Institución orientada a revisar y fiscalizar la cuenta pública del estado y los municipios, así como de sus entes públicos, bajo las disposiciones establecidas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Constitución Política del Estado de Chiapas, la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de Chiapas y demás disposiciones aplicables, a un mes (8 de noviembre a 8 de diciembre) de concluir toda una administración pública sexenal sufra una postal de esta magnitud de “robo de información clave” que exhibe a Chiapas como una entidad sin ley que promueven los propios funcionarios o exfuncionarios de la ASE. Una acción inaceptable y muy absurda en la institución que vigila y cuida los presupuestos de los Chiapanecos, un descarado robo, una sustracción y escamoteo, que nos lleva a una presunción con infinidad de dudas del tamaño del Cañón del Sumidero, porque a lo largo de estos años, no había medios de comunicación y redes sociales que denunciara actos ilícitos e indebidos en la ASE, aunque ahora todo Chiapas lo sabía, Ya desde antes se denunciaron actos de intromisión de estudiantes normalistas que curiosamente iban a destruir documentación valiosa, y otros eventos hasta de incendios, por eso la Fiscalía de Justicia de Chiapas, tiene la obligación de asumir la historia para defender la dignidad de los chiapanecos de que fue lo paso al interior en el edificio de la ASE. Ahora resulta que, por paquetes de funcionarios públicos estatales y exalcaldes sexenales también, que han sido señalados de actos de corrupción los pretendan beatificar evitando que haya documentos que apunten a una pésima administración pública de corrupción en sus actuaciones. Cuántas veces a lo largo de estos años, la propia ASE llevo cursos e itinerarios de aprendizaje de fiscalización justamente para que los funcionarios públicos y presidente municipales de Chiapas, cumplieran con su cometido de realizar una buena chamba de transparencia y rendición de cuentas, y ahora resulta que a un mes del cambio de gobierno ocurra uno de “los robos insólitos y paradójicos de pruebas documentales y tecnológicas” que se tenga en la memoria popular para probar el buen o mal trabajo de servidores públicos de Chiapas”.
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