El trompo, entre historia, juegos y torneos
Tuxtla.- Estamos viviendo en la época de las nuevas tecnologías, donde cualquier formato se establece bajo un enlace digital, dejando en el olvido aquellos momentos que servían como medida de distracción para los infantes que posiblemente hoy en día ejercen como padres de familia, o adultos responsables; a pesar de tener en claro que la humanidad va adaptando nuevas formas de adecuación durante su lapso de vida, parece difícil abandonar lo que en algún momento nos hizo feliz, recordando esos instantes donde en el pavimento zumbaban las puntas metálicas de los “trompos” mientras giraban, acompañados de grandes emociones y risas.
México es un país tan característico, abordando diversos aspectos, ya sea culturales, gastronómicos, hasta concretar una serie de juegos, a pesar de no ser iniciados en el país, la comunidad supo adaptarlos. El trompo conlleva aspectos milenarios, varios investigadores lo ubican aproximadamente durante el año 4000 a.c bajo ciertas representaciones pictóricas o escritas haciendo alusión a la práctica de este elemento, posterior a la segunda mitad del siglo XX es cuando empieza a tener un auge mayor entre los infantes mexicanos, en un primer momento estos se elaboraban de materiales conformados de un cuerpo de madera culminando con una punta de hierro sólido, haciéndolo extremadamente resistente; cuando las empresas comienzan a ver la demanda del producto inicia un proceso de industrialización a finales del siglo, estableciendo algunas marcas reconocidas, así como una variedad de materiales y sus distintos usos.
Conforme se le metía mayor mercadotecnia, se crean torneos con diferentes ramas, existía un trompo para cada situación, es decir, si requerías hacer diversos trucos optabas por conseguir un material más liviano que te permitiera manipular el juguete, ahora bien, si necesitabas que tu trompo resistiera un torneo de “picotazos” adquirías otro tipo de componente de mayor resistencia, siempre respetando las reglas del juego; otros de los efectos generados, fueron los términos lingüísticos al desarrollar una jerga bastante amplia englobando este pequeño mundo. Este vocabulario se podía apreciar principalmente durante la manipulación del artefacto, mientras se realizaban maniobras como: el carrusel, el bumerán, turbo carrusel, la cobra, la estatua, el dormilón, la pala, el cohete, helicóptero, el túnel, entre otros.
Las reglas del juego incluía sus variantes, la partida a disputar siempre solicitaba de por medio una apuesta, el perdedor tenía que entregar su mejor trompo, se podían llevar a cabo con dos o más personas, si la modalidad era de “trucos”: los contrincantes decidían que acciones realizarían, el jugador que elaborara el menor número se convertía en el perdedor; otra categoría se denominaba “El picotazo”, consistía en pegar al trompo del adversario y si este llegaba abrirse de la tapa, automáticamente pasaba a tu pertenencia (este modo requería un mayor número de jugadores) por lo general todos las partidas iniciaban a girar en el suelo su trompo, para observar quien era el primero en "dormirse", esto con la finalidad que el ultimo “bailarín” eligiera el modo de juego o bien la apuesta. Dichos métodos fueron cambiando constantemente, combinados con otros, hasta que poco a poco desaparecieron, mientras las nuevas generaciones de niños se adaptaron a novedosas tendencias, ahora se recuerda como una utopía aquellos días, donde se reunían en la esquina de la cuadra, en los recesos escolares, para “echarse un partidita”.
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