El virus del COVID-19 presente en heces y aguas residuales
Ciudad de Mexico.- Hasta ahora el virus causante del COVID-19 no se encuentra en el agua para uso y consumo humano, al menos no hay evidencia científica que lo demuestre, ya que, por sus características, el SARS-CoV-2 es más vulnerable al ambiente que otros virus comúnmente detectados en agua. Así, “trabajos realizados con virus similares sugieren que los métodos de desinfección usuales como el cloro, inactivan los virus que causan COVID-19”, reveló la doctora Ana Cecilia Espinosa García, técnica académica del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad (LANCIS) del Instituto de Ecología de la UNAM.
Aunque la ruta de transmisión del SARS-CoV-2 es principalmente de persona a persona, este virus se ha detectado en otros fluidos corporales como secreciones y excretas en pacientes desde los cinco días de enfermedad y que se han podido detectar hasta los 30 días. "Ademas, se ha observado que algunos pacientes presentan diarrea y náusea antes del desarrollo de los síntomas respiratorios, lo que significa que las personas pueden estar eliminando el virus antes de ser considerados como positivos para el SARS-CoV-2", comentó Marisa Mazari Hiriart, investigadora de LANCIS, Instituto de Ecología de la UNAM especialista en monitoreo ambiental y efectos en salud.
Existen algunas evidencias, que deben ser confirmadas, en el sentido que el virus puede estar presente en estado infeccioso en heces. Al ser evacuadas al sistema de drenaje, se presenta la posibilidad de que la red de drenaje pueda ser un sistema sensible para brindar una alerta temprana de los microorganismos que están circulando en la población, como podría ser el caso de SARS-CoV-2, que es evacuado tanto por personas sintomáticas como asintomáticas. “Esta vigilancia ambiental puede servir como fuente de datos indicando si el virus está presente en la población humana, si se está desechando y en qué cantidades”, dijo Mazari Hiriart.
Una de las grandes barreras a nivel normativo, señaló la doctora Ana Cecilia Espinosa, es que en nuestro país no se considera a los virus como un agente que deba monitorearse constantemente, ni en el agua para consumo ni en el agua residual, “pero es necesario considerarlo dentro la normatividad de calidad de agua”.
El sistema de vigilancia de aguas residuales es un seguimiento de su composición que sirve como herramienta de alerta temprana para observar y seguir aquellos microorganismos de importancia para la salud pública que están siendo desechados por la población y están circulando en el ambiente. La vigilancia ambiental involucra el análisis de muestras ambientales como son el agua residual en la búsqueda del patógeno. “Hoy el virus, no ha sido detectado en estado infectivo en el agua residual, lo que se detecta es el material genético del virus, como indicador de la presencia de SARS-CoV-2”, afirmó Adalberto Noyola Robles del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Coincidió, la red de drenaje puede ser usada para monitorear la salud de la población servida y no solamente con relación a los virus, también por ejemplo, los fármacos que se están utilizando en determinada ciudad o sector de ella, o la presencia de bacterias resistentes a antibióticos. Esta información puede ser de gran relevancia para apoyar el desarrollo de políticas efectivas para preservar la salud pública. Una experiencia exitosa en México de este tipo de políticas fue el programa Agua Limpia que se inició en la década de los noventa para clorar agua, a raíz de la epidemia de cólera que se presentó en aquellos tiempos y gracias a ello disminuyó la mortalidad infantil por enfermedades diarreicas.
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