El Zoomat está de manteles largos
Tuxtla.- El Zoológico Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT) es uno de los sitios turísticos más importantes de Chiapas, y también un zoológico emblemático a nivel Latinoamérica ya que solo alberga especies endémicas en un área muy parecida a su hábitat natural, pero también es muy importante en cuanto a conservación del medio ambiente y los programas reproductivos que manejan.
Este mes de octubre cumple 80 años desde su fundación en 1942, cuando se crea la institución denominada Departamento de Viveros Tropicales y Museo de Historia Natural, dirigido por el profesor Eliseo Palacios Aguilera y el zoólogo y conservacionista Miguel Álvarez del Toro, quienes forjan los inicios del espacio hoy conocido como ZooMAT en el espacio que hoy ocupa las Rectoría de la UNICACH.
En 1949, se muda a donde actualmente encontramos al Teatro de la Ciudad y Convivencia Infantil, ahí permaneció durante más de 30 años como Zoológico de Tuxtla Gutiérrez, era un zoológico pequeño y rústico, sin embargo logró un importante prestigio por la originalidad de su diseño.
Para 1980, mediante un decreto del Ejecutivo estatal, se creó el Parque Recreativo El Zapotal con una extensión de 111 hectáreas, se le denominó “Zoológico Regional Miguel Álvarez Del Toro”, en reconocimiento a don Miguel Álvarez del Toro, quien dirigió esta institución por más de 30 años.
Uno de sus pupilos y seguidores es el biólogo Carlos Alberto Guichard Romero, hoy en día director operativo del Zoomat, quien recuerda que ingresó a esta institución en 1987, lleva 35 años trabajando en esta institución tan importante para la conservación, el zoológico ha mantenido una trayectoria ascendente en cuanto a manejo y conservación de la fauna, siendo un referente en manejo y conservación.
Para el, es motivo de orgullo celebrar 80 años dedicados al conocimiento y conservación de fauna en la región, pues la vida en un zoológico se convierte para quienes trabajan ahí en su segunda casa, incluso, se puede decir que ha pasado más tiempo ahí que en su propio hogar.
“He estado en el nacimiento de los principales ejemplares que han nacido aquí en el zoológico como han sido tapires, quetzales, pavones, cocodrilos, guacamayas, y de mis tres hijas he estado en el nacimiento de solo una de ellas porque en las otras me tocó estar precisamente cuidando quetzales, pavones en otra ocasión y bueno, llegué un poquito tarde”, reconoce.
Para un biólogo o veterinario, admite que el trabajo es absorbente, pues su vida se rige por las necesidades que hay, así como muchas anécdotas porque se convierten en una familia, pasando la mayor parte de su día a día en este trabajo, mismo que dice, es maravilloso, sin embargo admite que la parte más difícil es la administrativa.
“Todo lo que tiene que ver con toma de decisiones, presupuestos, no está en nuestras manos y es difícil porque los animales no entienden de trámites burocráticos, tienen necesidades inmediatas como medicamentos, alimentos, si no llegan en el momento exacto ya no sirven de nada”, reconoció.
De manera personal, dice sentirse contento, tranquilo, pues tuvo el privilegio de conocer a don Miguel desde muy niño, eso lo marcó porque también él tuvo un origen en el campo, entonces eso lo marcó para que desde muy niño tuviera la vocación por los animales, por la biología, y haber dedicado su vida a esto ha sido muy satisfactorio, se siente muy tranquilo porque ha entregado lo mejor.
“Por el otro lado también me siento triste, frustrado porque en estos 30 años nuestros recursos naturales, fauna, ecosistemas se han visto severamente afectados a pesar de los esfuerzos personales e institucionales, a veces siento impotencia por no haber podido hacer más”, puntualizó.
Todos los fines de semana de octubre, el Zoomat está llevando a cabo diversas actividades conmemorativas, como mesas de contacto, exposiciones, talleres y más, todos los sábados y domingos de 11 a 2, para que la familia completa disfrute y celebre a esta gran institución.
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