Encuentran esperanza en tratamientos contra esclerosis
Tuxtla.- La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica que afecta a más de 2,8 millones en todo el mundo, se produce cuando el sistema inmune ataca de manera anormal el aislamiento y soporte que recubre las células nerviosas del sistema nervioso central, provocando inflamación y el consiguiente daño.
Este daño puede ocasionar una gran variedad de síntomas, como debilidad muscular, fatiga y dificultad para ver, y puede producir discapacidad; la mayoría de las personas con EM experimentan su primer síntoma entre los 20 y los 40 años, lo que convierte a esta enfermedad en la primera de discapacidad causa no traumática en adultos jóvenes.
A través de una conferencia virtual, especialistas de Roche señalaron que las personas con esclerosis múltiple presentan progresión de la enfermedad al comienzo de la misma aun cuando los síntomas clínicos no sean manifiestos o no parezca que estén empeorando; los retrasos en el diagnóstico y el tratamiento pueden afectar negativamente a las personas con EM, tanto en términos de salud física y mental como económica; por ello, objetivo importante de su tratamiento es retrasar la progresión de la discapacidad lo máximo posible.
La esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR) es la forma más común de la enfermedad y se caracteriza por episodios con signos o síntomas nuevos o empeoramiento de los previos (brotes) seguidos por periodos de remisión; aproximadamente el 85 por ciento de las personas con EM son diagnosticadas inicialmente con EMRR.
Por ello, anunciaron nuevos análisis con Ocrelizumab que avalan su beneficio significativo sobre la progresión de EMRR en fase inicial y en EMPP, además de demostrar una fuerte adherencia y alta persistencia con la dosis de dos veces al año.
“Todos los pacientes, independientemente de su forma de EM, presentan progresión de la enfermedad desde el principio, por lo tanto, tenemos mucha esperanza con estos nuevos análisis que muestran que el tratamiento temprano con nuestra molécula puede controlar significativamente la progresión de la enfermedad”.
En un análisis intermedio del ensayo clínico, se mostró un beneficio constante a lo largo de un año en pacientes recientemente diagnosticados con EMRR que no habían recibido previamente un tratamiento modificador de la enfermedad.
Tras 48 semanas, el 85 por ciento de la enfermedad; sin recaídas, sin empeoramiento de la discapacidad ni lesiones cerebrales nuevas o en aumento, además, el nivel de neurofilamentos de cadena ligera, un marcador del daño en las células nerviosas, se redujo casi hasta a niveles de controles sanos con el tratamiento.
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