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  • VANESA RODRÍGUEZ

Entender el problema: el cáncer también provoca desigualdad, pobreza y exclusión social

​El cáncer, en sus diferentes localizaciones y variantes, es uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial. De acuerdo con la OPS/OMS, se estima que en el 2020 hubo  20 millones de nuevos casos, y se atribuyeron a esta enfermedad casi 10 millones de defunciones; el flagelo del cáncer aumentará aproximadamente en un 60% durante las próximas 2 décadas y se espera que duplique el total de casos nuevos para el año 2035 (GLOBOCAN), lo que afectará aún más a los sistemas de salud, a las personas y a las comunidades; tan solo en Latinoamérica ocupa el tercer lugar como causa de muerte, siendo los más comunes el de mama, pulmón, colon, recto y próstata.


​La transición epidemiológica explica como los entornos sociales, demográficos y económicos de una población intervienen en los cambios de los patrones de salud y enfermedad; la población mexicana se encuentra en proceso de transición demográfica y epidemiológica; donde se presentaba como principal causa de morbilidad y mortalidad las enfermedades infecciosas y una baja esperanza de vida, a la transición en un incremento en la longevidad, con predominio de las enfermedades no transmisibles; siendo ahora éstas la principal causa de muerte, además presentando una incidencia simultánea en ciertos grupos y regiones del país.

​En 2022, en todo el mundo se diagnosticaron 2,3 millones de casos de cáncer de mama en mujeres, y se registraron 670,000 defunciones por esa enfermedad; afecta a mujeres de cualquier edad a partir de la pubertad, en todos los países del mundo, pero las tasas son mayores entre las mujeres adultas, pero hoy en día, aproximadamente, entre el 0.5% y el 1% de los casos de cáncer de mama afectan a varones. En México, en 2020, fue la enfermedad más frecuente (15.3%) y la primera causa de muerte en mujeres, con un estimado de 29,929 nuevos casos y 7,931 muertes, con una tasa de incidencia de 40.5 y de mortalidad de 10.6 por cada 100 mil habitantes.

​Bajo este panorama –asociado fuertemente con el envejecimiento y con estilos de vida poco saludables de la población– las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer han ocupado

los primeros sitios como causas de muerte en nuestro país. Las Estadísticas marcan que el 40% de casos podrían prevenirse evitando factores de riesgo clave y que el 30% de estos pueden curarse si se detectan temprano y adecuadamente, a través de organizar programas de detección oportuna.

​El grado de desarrollo social y económico que presenta la población, dará paso a más cambios, los cuales influirán en los resultados, demandando nuevas necesidades sociales, así como en salud y educación, entre otras –específicas para cada grupo poblacional–; pero cuando el paciente no cubra estos indicadores y sobre todo, cuando esté en la incapacidad de asumir el costo de un diagnóstico o tratamiento prescrito, entrará en una espiral que le hundirá en el círculo vicioso de la pobreza farmacéutica y exclusión social, sacándolo del mercado laboral, agravando la enfermedad y evitando la adherencia al tratamiento y viceversa, además de la nueva aparición de otras patologías, que va colocando al paciente y sus familias en un nivel de pobreza extrema.

​Las voces de la sociedad civil y pacientes en la lucha contra el cáncer exponen una realidad conocida por muchos y callada por otros, y es que la pérdida de empleo, la incapacidad para hacer frente a los gastos corrientes o las nuevas necesidades que provoca el cáncer en la familia, son claros ejemplos de cómo vive un paciente con dicha enfermedad desde la vulnerabilidad en todos sentidos, provocando una pobreza y desigualdad, no solo agravando la situación de fragilidad y exclusión social en colectivos previamente vulnerables, sino empobreciendo a pacientes y familias que antes no estaban en esa situación, demandando aún más una ayuda a un sistema de salud público que hoy en día no está pudiendo hacer frente a esta problemática social.

​Sabemos que cada uno de nosotros tiene la habilidad de marcar la diferencia en mayor o menor medida, y que juntos podemos conseguir progresos reales a la hora de reducir el impacto mundial del cáncer, ante ello, instamos a que, independientemente de quién sea y dónde esté, desempeñe su papel en la creación de un mundo sin cáncer; es momento de UNIR NUESTRAS VOCES Y PASAR A LA ACCIÓN.


​Durante el primer año del programa Valor, hemos luchado contra la pobreza farmacéutica y por unos cuidados más justos centrándonos en investigar, visibilizar, concientizar, reconocer y entender las inequidades existentes en la atención oncológica en todo el mundo; pero para esto se debe tener una mente abierta, cuestionar las suposiciones y centrarse en los hechos:

• Las inequidades en la atención oncológica cuestan vidas;

• Que hoy en día, quienes buscan tratamiento oncológico encuentran barreras a cada paso;

• Que los ingresos, la educación, la localización y la discriminación basada en la etnia, el género, la orientación sexual, la edad, discapacidad y estilo de vida son solo algunos de los factores que pueden afectar negativamente a la atención sanitaria;

• Que la brecha nos afecta a todos, incluido tú y tus seres queridos;

• Que éstas barreras son inamovibles, no cambian y además se presentan sin distinción.

​Este es el tiempo para cuestionar la situación actual y ayudar a reducir estigmas, escuchar los puntos de vista de la gente que vive el cáncer en primera persona y de sus familias, y dejar que esas experiencias vividas guíen nuestras reflexiones y acciones.

​Así es cómo podemos empezar a imaginar una mejor manera de hacer las cosas y construir una visión de futuro más justa, un futuro en el que la gente viva vidas más saludables y tenga mejor acceso a los servicios sanitarios y oncológicos sin importar dónde se nazca, crezca, su edad, trabajo o estilo de vida.

​El “Día mundial contra el cáncer de mama” no es un día más en el calendario, es una propuesta de VALOR, por eso nuestra campaña está pensada para inspirar el cambio y llamar a la acción incluso mucho tiempo después del día señalado; un programa permanente significa mayor exposición y compromiso, más oportunidades para generar una conciencia mundial y por último, mayor impacto. Súmate a esta propuesta de valor con RedSalud Internacional.

¿Te gustaría informarte sobre las brechas en la atención oncológica en este mes de la sensibilización  del cáncer de mama?, sigue nuestra siguiente columna.Comentarios: direccion@rsalud.com.mx

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