¿Hasta qué punto es normal que me crujan las rodillas?
Las rodillas son una de las articulaciones más complejas de nuestra anatomía y una de las que más sufren el impacto de la actividad diaria. Suelen crujirnos, hacerlo de forma frecuente, hasta tal punto que lo consideramos algo normal el que lo hagan pero, ¿realmente lo es?
Preguntamos por este asunto al doctor Alonso Lisón Almagro, de HLA Hospital La Vega de Murcia, quien señala que los ‘crujidos de las rodillas’, también conocidos como ‘crepitación’ o ‘chasquidos articulares’, son sonidos que se producen cuando se mueve la articulación de la rodilla, que son “bastante comunes y pueden estar causados por diferentes factores, que no siempre indican un problema grave”.
En concreto, apunta que las principales causas comunes y normales serían:
·Burbujas de aire en el líquido sinovial: A veces, en el líquido sinovial que lubrica las articulaciones se forman pequeñas burbujas de gas; al mover la rodilla, estas burbujas pueden estallar, lo que provoca un crujido, por ejemplo, al incorporarnos después de un tiempo acostados o sentados, al ponernos en cuclillas o al realizar un movimiento brusco de la articulación; esto es completamente normal y no está asociado con dolor o con daño articular.
·Movimiento de tendones o de ligamentos: Los tendones o ligamentos alrededor de la rodilla pueden moverse ligeramente de su posición, y luego volver a ella durante el movimiento, generando un sonido de chasquido.
Ahora bien, este traumatólogo y cirujano ortopédico sí señala que las posibles causas de un crujido de rodillas, y relacionadas con la degeneración o lesiones, son:
·Desgaste del cartílago (artrosis): Con la edad o el uso excesivo de las articulaciones, el cartílago que cubre los extremos óseos puede deteriorarse, lo que genera fricción entre los huesos y crujidos; este desgaste también puede causar dolor, rigidez, y limitación en el movimiento.
·Síndrome de dolor patelofemoral: Ocurre cuando hay un desequilibrio o irritación en la rótula (patela), lo que provoca fricción entre el cartílago rotuliano y el del surco troclear del fémur, y puede causar crujidos acompañados de dolor, especialmente al levantarse o al subir y bajar escaleras y pendientes.
·Lesiones del menisco: Un menisco dañado (los discos de fibrocartílago que actúan como amortiguadores de la rodilla) puede hacer que la rodilla cruja, además de causar dolor e hinchazón, incluso bloqueo articular.
·Artritis: Las personas con artritis, especialmente la osteoartritis y la artritis reumatoide, a menudo experimentan crujidos en las rodillas debido al daño en el cartílago articular.
Cuándo consultar con un especialista
Con todo ello, cuestionamos al doctor Alonso Lisón Almagro, de HLA Hospital La Vega de Murcia, cuándo debemos consultar con un especialista por nuestros crujidos de rodillas, a lo que apunta que estos, por sí solos, no representan un motivo de alarma si no se acompañan de síntomas adicionales, tales como, y por los que habría que consultar con un traumatólogo:
El crujido está acompañado de dolor, hinchazón o rigidez articular.
Cuando se siente inestabilidad (fallos) en la rodilla o dificultad para moverla.
Existe un historial de lesiones previas en la rodilla.
El crujido se produce constantemente y empeora con el tiempo.
Tratamiento y recomendaciones
En última instancia pedimos a este especialista que nos aporte las principales líneas de tratamiento que existen hoy en día cuando hay un crujido de rodillas anómalo, indicando las siguientes vías:
Fortalecimiento muscular: El fortalecimiento de los músculos alrededor de la rodilla (como los cuádriceps y especialmente el vasto oblicuo medial) puede ayudar a mejorar la estabilidad y reducir el estrés en la articulación.
Control del peso corporal: Mantener un peso adecuado disminuye la carga en las rodillas, y puede prevenir el desgaste articular.
Evitar el ejercicio físico de alto impacto sobre las rodillas.
La fisioterapia: Puede ayudar en la corrección de desequilibrios musculares o en la recuperación tras una lesión.
Tratamiento farmacológico siempre bajo prescripción médica: A través de antinflamatorios o suplementos; al igual que los tratamientos como las infiltraciones articulares de antiinflamatorios, de visco suplementación con ácido hialurónico o de productos “regenerativos” como el plasma rico en plaquetas, el suero rico en citoquinas o los concentrados de monocitos.
“En resumen, los crujidos de las rodillas son comunes y, en muchos casos, inofensivos. Sin embargo, si van acompañados de dolor o limitación funcional, es importante buscar atención médica para descartar problemas articulares serios”, destaca el doctor Alonso Lisón Almagro.
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