Juzgamos el lugar donde venimos
- Mario Aquino
- 13 ago 2021
- 3 Min. de lectura
Zapoteco: Nonuu la raa nuu binni, ni runni uaxhiec bini laanuu. Ma visiandacabe laanuu casi ti guixdi rooc
Traducción: Estamos con una sociedad que juzga y discrimina a sus pueblos indigenas, olvidando que somos descendientes de esas grandes culturas

Cuando se plantean estos temas tan importantes en una platica social, podemos percibir comentarios indignantes, acertados, incluso hasta fuera de lugar; claro que todo depende a que sector de edad vaya dirigido la pregunta, pero ¿Existe algún tipo de análisis sobre nuestra forma de actuar? Es tan fácil opinar acerca de lo sucedido a nuestro alrededor, sin conocer un contexto de todo lo que se ha vivido.
Hace 500 años se situó uno de los procesos el cual sigue representado nuestra identidad como nación, forjando ideologías las cuales permanecen en la sociedad mexicana con una pequeña seña particular, sigue siendo utilizadas como frases discriminatorias. Un contacto que cambiaria la manera de vivir para toda la región de América; trayendo consigo nuevas costumbres las cuales se mezclarían hasta consolidarse como una sola, enfermedades que irían diezmando a la población y torturas determinantes para la formación de un régimen imparable.
Posterior a la caída de Tenochtitlán los demás pueblos que resistían fueron de igual forma perdiendo ante armas mucho mas potentes, pero dejando en claro que la derrota no sería de una manera fácil, recordando lo que en algún momento menciono Fray Bernardino de Sahagún en sus textos mientras se registraban los sucesos acontecidos: “Preferirían pelear con los mismo espartanos que con esos llamados zapotecas”. Las técnicas que usaban los nativos neutralizaban el uso de sus grandes cañones, la fuerza del macuahuitil era suficiente para debilitar su yelmo de hierro.

Los procesos que pasan después de la conquista continuaron avanzando con los nuevos pobladores, se inicia considerando pagano a todo lo que se realizaba, pues los españoles su guiaban bajo una visión religiosa, fuera de esa perspectiva entraba el pecado; aunque la única manera de que fuese “legal” sus acciones violentas era hacerlas en nombre de Dios y el espíritu santo. Creando esclavitud, considerando que el color de piel y la belleza física te daba el mejor intelecto, descartando por completo el ingenio tan increíble de aquellos a los cuales se les denominaba “indios” y los más importante, es que aun sigue siendo de esa manera.
Actualmente se considera pobre e ignorante al indígena, creyendo que sus textiles y su arte no tienen ningún valor, pero claro, no todos lo ven así, hay otros sectores más peligros, tales como aquellos excéntricos que se apropian culturalmente para llenarse de ganancias con base a una nueva explotación de las etnias, haciendo creer que su marca representa al “Dios del cacao”, que su ropa hecha por “nativas” vale miles de pesos quedándose más del 70% de ese ingreso. Por otro lado se sitúan a los jóvenes que solo lo perciben como una atracción turística, considerándolos marginados.
En algún momento escuche “ya superemos la conquista, tiene mucho tiempo que paso y vivimos en otra época”, pero no se analiza que a pesar de los siglos que han transcurrido se continua teniendo los mismo errores, fomentando una esclavitud y racismo hacia nuestro pueblo, creyendo que el “blanco” es superior al “moreno” o el capitalino es mejor que el indígena. Aunque todos estos procesos no tienen ninguna justificación se debe aprender del pasado para comprender nuestro presente, ya lo dijo el gran historiador Miguel león Portilla: “La historia universal está llena de conquistas y no ya solo desde Alejandro Magno o César, incluyendo a antiguos señores indígenas de México, Perú y otros lugares. Las conquistas en sí mismas no son justificables".
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