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ALEJANDRA OROZCO

La aventura de ser mamá:

Se acabó el ciclo escolar… para bien, o para mal; en mi caso, me queda el pendiente de que Elisa estará en casa poco más de un mes en lo que nosotros nos vamos a trabajar, porque a veces se aburre y esto afecta su comportamiento, en el caso de Renata no tiene periodo vacacional como tal, así que puede seguir llegando, planeo llevarla hasta el último viernes antes de que entre a kinder, ya en la misma escuela que Eli.


Quienes tienen la dicha de poder vacacionar junto a sus hijos, puede que la idea no les emocione mucho, pero quienes no podemos, quisiéramos tener al menos la posibilidad de desesperarnos por estar un mes con ellos, así que valórenlo, y sobre todo tengan mucha paciencia -y provisiones, porque parece que en vacaciones comieran el doble de lo normal-.

Pero bueno, sea como sea siempre es buen momento para que los peques descansen, se relajen, duerman un poquito más, se despejen… y también valoren la escuela, extrañen a sus amiguitos y regresen con las pilas recargadas, Eli ya va a segundo de kinder, y Renata va a entrar a primero… qué rápido se pasa el tiempo.

En los últimos días, he visto que Eli y Reno pelean menos, juegan juntas, se agarran de la mano, se buscan, se cuidan, se procuran, incluso ya son cómplices de varias travesuras, y en esos momentos se me llena el corazón de gozo, no saben cómo disfruto verlas así, tal como me las imaginé cuando supe que venía la segunda hija en camino.

Es difícil al principio, sí, porque fue básicamente criar a dos bebés juntas, la lactancia prolongada, el gasto doble de pañales, las atenciones y cuidados, el cansancio de no poder dormir de corrido, pero les juro que en este punto, está valiendo la pena totalmente, dos años después de que pensara que no iba a poder con esto.


Ahora, ya dormimos todas de corrido, ya ninguna usa pañal, usan prácticamente la misma talla de ropa, comparten juguetes, les gustan los mismos videos y películas, juegan, comen y se bañan juntas, están aprendiendo a quererse y acompañarse mutuamente, están comprendiendo que son compañera de vida de la otra, yo disfruto mucho vestirlas iguales, hacer cosas con ellas juntas y también por separado, al fin veo esa luz al final del túnel que son los primeros años de vida, la primera infancia.

Por supuesto que también siguen peleándose, más cuando una anda de malas y no anda soportando a la otra, como en cualquier relación entre niños chiquitos, ahora ya podemos pensar en salir a una fiesta o algún lugar y dejarlas dormidas cuando antes ni siquiera era una posibilidad porque alguna se seguía despertando, y así las etapas se acaban, para bien y para mal.

Últimamente me han preguntado si nos vamos a animar a “buscar al niño”, a tener un tercer hijo… y la respuesta es no; pese a que cuando cargo un bebé, siento que se me alborota el útero y volvería a pasar por todo ese proceso, estamos bien siendo cuatro, sería muy difícil en términos de atención, cuidado y económicos también, que nuestra familia creciera.

Respeto mucho también a quienes deciden tener un solo hijo, creo que es muy sensato, pero hablando en específico de mi familia y de nuestras posibilidades, tener dos niñas es lo mejor que nos pudo pasar, es la fórmula de familia que nos hace felices y sentirnos realizados.

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