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ALEJANDRA OROZCO

La aventura de ser mamá: Con la mochila llena

Hoy comienza el ciclo escolar 2024-2025… no puedo creer que ya están por cumplirse 25 años de este nuevo milenio… yo tenía apenas ocho años cuando llegó el 2000 -sin llorar, ya estamos viejos- y apenas empezamos a ver todo eso que según nosotros, iba a pasar desde hacía años… los robots, los autos voladores y todo eso que hoy en día se está volviendo una realidad y que sinceramente da miedo.

Pero sin desviarme más del tema, hoy Renata inicia el kinder y Elisa empieza segundo, aunque estuvimos esperando mucho este momento, el fin de semana nos agarró enfermos a todos, entre malestar, tos y fiebre, lo bueno es que ya se van recuperando, pero sinceramente me agüita bastante que los virus hayan venido a arruinar la emoción del inicio de clases.

Como van a kinder, lo que piden es una lista de material didáctico y para decorar que se entrega unos días antes, ellas no llevan mochila, solo su bote de agua, pero les gusta cargarlo a la espalda para sentirse niñas grandes, cayendo un poco en cursilerías, yo pienso que lo importante es llenarles la mochila emocional con mucha motivación y palabras de cariño que las ayuden a sentirse seguras y lograr todas sus metas en este ciclo escolar.

Mis hijas no saben leer, pero he visto tips muy padres de ponerles notitas en los lápices, en los cuadernos, hasta en el lunch para que recuerden que los amamos y estamos apoyándolos en todo, he visto a otras mamás implementar esta idea y se me hace súper linda, cuando llegue el momento sin duda lo haré.

Lo que sí haré, es hablar con ellas para que sean amables, sonrían, disfruten y también sepan identificar cuando alguien no las haga sentir a gusto, es un gran reto enseñarles a convivir a los niños, entre los límites del respeto a los demás, pero también a sí mismas, no quiero que sean bullies, pero tampoco que se dejen o no digan nada ante algún abuso.

Creo que desde esta edad es bien importante enseñarles a no burlarse de los demás, a ser amables con todos, pero también a decir no y reaccionar ante alguien abusivo, a poner sus límites y alzar la voz, son cosas que a mí me hubiera gustado aprender de niña y creo que me hicieron bastante falta.


Como ya les había dicho, la verdad es que a mí me emociona bastante el inicio de clases, de niña siempre me emocionó mucho el primer día, los útiles, el reencuentro, todo lo nuevo, quizá ellas apenas empiezan a dimensionarlo, pero quiero que compartan esa emoción y les siga gustando la escuela lejos de pesarles.

El viernes fue el último día de Renata en la guardería, y la verdad sí se me hizo el nudo en la garganta y me escurrió el par de lágrimas recordando cómo era mi bodoque cuando entró, con sus seis meses, ocho kilos y 66 centímetros, en brazos, y ahora verla salir brincando, saludando, 23 centímetros más alta, cinco kilos más grande, y ya a punto de cumplir tres años.

Sus maestras también estaban bien melancólicas, se encariñaron mucho con ella y sin duda también Reno las recordará con cariño, son parte fundamental en su desarrollo y en sus primeras memorias, espero que el cambio no sea tan pesado para ella y se adapte rápido, me siento orgullosa de tener a mis dos niñas de kinder y no puedo esperar por ver su primer festival juntas.

Y bueno, esto también implica volver al infernal tráfico, a las carreras para ir puntual por ellas, a la rutina, así que poco a poco y con paciencia lo iremos logrando, adoro las nuevas etapas y si es en familia, aún mejor. ¡Feliz regreso a clases!

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