La aventura de ser mamá: ¡Feliz Día del padre!
Tuxtla.- Durante el año pasado, todos los festejos que tuvimos fueron primicia: el primer día del niño con Elisa en casa, el primer día de las madres, nuestros primeros cumpleaños junto a ella, y por supuesto el primer día del padre.
Apenas tenía unos meses de nacida, todo se sentía irreal, nuevo y emocionante, este año se sigue sintiendo así, pero con la ventaja de la experiencia, creo que este año ya nos la creímos un poquito más, y quisimos que las cosas fueran diferentes.
Como el año pasado nos quedamos encerrados en casa porque #pandemia, esta vez quisimos salir a celebrar, ya con la mayoría de la familia vacunada y con ánimos renovados, este día del padre invité a Rodrigo y a mi papá a desayunar, en compañía de la culpable de la felicidad de nuestras vidas.
Por cierto, con el paso del tiempo la relación entre ambos se vuelve más estrecha, nunca se han llevado mal, pero tampoco convivían mucho y me hace feliz ver que se lleven bien, aunque sean muy diferentes pero los une el amor que nos tienen a nosotras dos.
Aunque mi intención fue la mejor y el desayuno comenzó muy bien, al restaurante llegó mariachi y el efecto fue inevitable: sé que ambos se sienten felices de ser papás, pero también sé lo mucho que extrañan a los suyos, que se fueron al cielo hace apenas un par de años y este día más que nunca los extrañan mucho.
Pero no fueron los únicos... casi en todas las mesas había un papá llorando, y me imagino que también sufrían la ausencia de los suyos, porque estaban rodeados de familia e hijos pero veían hacia el cielo... un papá es una figura muy importante en la vida, es un espacio imposible de llenar.
Como les he contado, yo siempre he tenido una muy buena relación con mi papá, siempre ha sido mi mejor amigo, con el que puedo contar, hacer bromas y ser honesta a pesar de todo, quizá como todo papá ha teñido errores, pero yo también he fallado como hija y al final sé que no podríamos vivir el uno sin el otro.
Veo cómo mis amigos y conocidos han ido perdiendo a sus papás recientemente y no me imagino su tristeza, siento un vacío en el corazón cuando pienso qué pasaría si me faltara mi papá, y le agradezco a Dios por tener al mío sano, vacunado y listo para seguir echándole ganas a la vida.
Me duele mucho que la tristeza de mi papá sea ya no tener a mi abuelito, le hace mucha falta así como a todos nosotros, fue un gran hombre y le dio el mejor ejemplo para ser un gran padre, y el no poder consolar ese dolor me llena de impotencia.
Pero cuando lo veo con Elisa, sé que ella también vino a cambiar su vida, me muero de ternura cuando lo veo jugar con ella, siendo aún más ridículo que como lo era con nosotras, y me siento orgullosa de poder darle esa satisfacción, de poder ver y cargar a su nieta, y presumirla ante el mundo.
También me da tristeza que el papá de Rodrigo no esté con nosotros... estoy segura de que él también sería un gran abuelo, y la felicidad de Rodrigo estaría completa... pero no se pudo así, y él coincide con que esa tristeza se le va con una sola mueca de Elisa.
Esta niña nos cambió la vida a todos... y me llena de alegría ver que tiene al mejor papá que pudo elegir, que la ama con locura y juega con ella hasta acabar adolorido, y que aunque solo tiene un abuelo, le tocó el mejor, y el que la está disfrutando y aprovechando al máximo en cada una de sus etapas.
Ser papá no es cosa fácil... no todos nacen para eso, no todos son responsables, no todos darían la vida por sus hijos y no todos son dignos de celebración, pero los que tengo en mi familia sí lo son: son grandes hombres que espero en Dios estén muchísimos años en mi vida y en la de mi hija.
Quizá este día no es tan reconocido o celebrado como el 10 de mayo, pero sí vale la pena felicitar y reconocer a todos esos papás que asumen la crianza de manera equitativa, que son un verdadero equipo con la madre de sus hijos, y que le dan a la palabra papá el significado correcto y adecuado. Feliz día a todos ustedes.
Comments