La aventura de ser mamá: Maternidad en pausa
Ser mamá es un trabajo de tiempo completo, por siempre y para siempre, no me van a dejar mentir que hay veces que nos gustaría poner el botón de pausa, olvidarnos un rato de ser mamás y concentrarnos en ser nosotras mismas, o simplemente no ser ni hacer nada, y aunque no se puede, siempre hay formas de darse un break y dar un paso a un lado de la tan demandante maternidad.
Luego de que el pasado fin de semana me tocó trabajar y me fui de corrido toda la semana, este fin decidí descansar por completo de todo, estar en casa, hacer el mínimo esfuerzo aprovechando que no tenía trabajo y escuchar a mi cuerpo, que me pedía a gritos reposar, dormir y aprovechar al máximo este par de días libres.
Para empezar, el viernes me fui a un concierto con mi mejor amiga, quizá no tan relajada como lo había planeado porque me tocó salir de la ciudad a una cobertura, no vi a las niñas en todo el día, regresé nada más para prepararles la cena y me fui al concierto, pero ya estando ahí me dejé fluir, literal tenía años que no salíamos a solas y para mí fue bastante revitalizante, la etapa de salir solas con sus amigas les recomiendo no saltársela.
O sea, sí nos vemos muy seguido y todo, pero no es lo mismo estar en el mismo entorno, cuidar a las niñas entre plática y plática, a desconectarme por completo sabiendo que están con su papá y disfrutar, despejarme, es algo que pienso seguir haciendo de vez en cuando, ahora que las niñas ya duermen de corrido.
Al otro día quise compensar el no haberlas visto el viernes, como Reno salió con su tía, Eli y yo jugamos -al spa, así yo descansaba y ella jugaba, soy un genio-, después me acompañó a hacer un mandado y cuando regresó su hermana hicimos un picnic los cuatro, que montamos en el patio de la casa con pastelitos, papas, fruta, malteadas y otras cosas que ellas eligieron, la experiencia nos duró muy poco porque empezó a llover, pero la intención es lo que cuenta, ¿no? Después sus tías se las llevaron a la plaza, y yo aproveché a dormirme toda la tarde, ver series, jugar, echar la flojera total y dejar lo que tenía qué hacer para mañana.
El domingo también estuvimos en casa, solo salimos para ir por un helado y unas papas al autoservicio, ese día sí lavé ropa, cociné y lavé trastes, porque claro que tampoco es el chiste que la casa se caiga a pedazos, pero sí tuve la oportunidad de descansar bastante y recargar pilas para una nueva semana, no me he sentido del todo bien, y quise hacerle caso a mi cuerpo.
De verdad que ser mamá, y a la par cumplir con los demás roles, es agotador, más que ser un lujo es una necesidad darse un tiempo fuera, por el bien propio y de los demás, porque cuando andas toda estresada y de malas lo resiente también la familia, así que no te sientas culpable si de repente necesitas un escape: ya sea a un concierto, a cenar, a tomar un café, a hacerte pedi, sola o acompañada, tus hijos te lo agradecerán y sobre todo, tú misma te lo vas a agradecer.
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